Este domingo Roger Federer demostró que sigue vigente y a sus 37 años conquistó el Masters 1000 de Miami tras superar con facilidad al estadounidense John Isner en sets corridos, 6-1 y 6-4. El europeo conquistó así su título 101 y el cuarto en la ciudad de la Florida.
El primer set duró apenas 25 minutos y fue una paliza de «Su Majestad» sobre un norteamericano que se vio superado en todo momento, a pesar de que llegaba como defensor del título y los fans esperaban un duelo más parejo. La final terminó en apenas 1 hora y tres minutos, tras el 6-4 en el segundo y un punto final que necesitó del Ojo de Halcón para darle algo de misterio a un partido que siempre dominó el suizo.
Federer estiró con la victoria su historial ante los estadounidenses: en 17 cruces sólo perdió una vez, ante Andre Agassi en la edición 2002 del Abierto de Miami. Además, se convirtió en el tenista con más finales de Masters 1000 (50) superando a Rafel Nadal y está a ocho títulos de Jimmy Connors, tenista más laureado de la historia.
Con respecto al ranking ATP, el suizo se mantiene en la cuarta colocación con 5.590 puntos, pero con la ventaja de que sumará lo que coseche en Madrid y Roland Garros, por lo que podría aspirar a volver al podio que hoy ocupan Novak Djokovic (11.070), Nadal(8.725) y Alexander Zverev (6.040).
Ambos tenistas habían mostrado en semifinales el poder de la experiencia sobre la juventud al eliminar a los canadienses Denis Shapovalov (N.20) y Félix Auger-Aliassime, respectivamente, dos jóvenes que vienen pisando fuerte en el circuito de la ATP.
El suizo fue demasiado para Shapovalov, resolvió en sets corridos de 6-2, 6-4, y buscará su cuarto título en Miami, ya que se coronó en las ediciones del 2005, 2006 y 2017.
Esta fue la segunda final seguida de el suizo este año en torneos Masters 1000, puesto que había caído hace 13 días en el partido decisivo de Indian Wells, en California, ante el austríaco Dominic Thiem.
Isner defendía su título logrado el año pasado, único Masters 1000 de su carrera, cuya edición de este año se llevó a cabo por primera vez en el Hard Rock Stadium, sede de los Miami Dolphins de la NFL, la liga profesional de fútbol americano.
«Es increíble estar de vuelta en la final», había reconocido. «Gracias a mi saque se puede decir que estoy aquí. Me he sentido cómodo durante todo el torneo y siento que estoy jugando bien. Estoy muy feliz de estar en la final otra vez».
