Divertido y con pocas vueltas para hablar, Gerardo Romano contó que durante su época como policía estuvo asignado a la seguridad presidencial en Casa Rosada. En aquel tiempo conoció a Arturo Illia.
“Un domingo se había quedado a dormir, pase por el pasillo que daba al dormitorio presidencial”, arrancó contando en Podemos hablar y reveló: “Miro bien y estaba en calzoncillos y tenía un huevo colgado”.
“Los presidentes tienen huevos… a veces”, dijo irónico y remató: “Una huevada”.