Al mismo, tiempo, el gran aliado de Temer para motorizar el juicio político, el suspendido titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, también del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), recibió un duro revés, con grandes chances de ser destituido del cargo por corrupción.
El instructor sobre su proceso por falta de decoro, el diputado Marcos Rogerio, recomendó su destitución por corrupción vinculada a contratos de Petrobras y ocultamiento de cuentas en Suiza.
Como jefe de la Cámara baja, Cunha aceptó en diciembre pasado las acusaciones que condujeron a la apertura de un juicio político contra Rousseff, suspendida de sus funciones el pasado 12 de mayo para responder a ese proceso.
Rousseff sostiene que el juicio abierto en su contra tuvo inicio en una «venganza» de Cunha, quien supuestamente aceptó dar curso al proceso después de que el Gobierno le negara apoyo en el proceso que enfrenta en el Consejo de Ética de la Cámara baja.
Según el documento de la defensa de Rousseff, al que accedió Télam, fueron incluidos los audios que causaron una grave crisis en la gestión de su ex aliado y vicepresidente Temer, sobre todo el diálogo entre el senador Romero Jucá, brazo derecho del presidente interino, quien renunció al Ministerio de Planificación y Presupuesto.
Jucá en el audio grabado a escondidas por el corrupto confeso Sergio Machado, ex presidente de la empresa estatal Transpetro, y del PMDB, sugiere que el impeachment es la única forma de «parar la sangría» contra la clase política y que la salida de Dilma debe producirse para que el gobierno de Temer pueda frenar la ola de la Operación Lava Jato sobre corrupción en Petrobras y la clase política.
Cardozo, quien está al frente de la defensa de Rousseff, insistió en los mismos argumentos que ya presentó ante la Cámara de Diputados y el Senado, que fueron rechazados en ambos casos y sostienen que las acusaciones contra la mandataria hablan de meras «faltas» administrativas que son insuficientes para despojarla de su mandato.
La defensa fue presentada luego de que Rousseff fuera suspendida y obligada a salir del Palacio del Planalto por haber perdido por 55 a 22 la votación en el Senado.
A partir de ahora, Temer y sus nuevos aliados oficialistas necesitarán 54 votos para expulsarla en un proceso que puede extenderse hasta agosto próximo.
Sin embargo, el Partido de los Trabajadores de Rousseff habría conseguido tres votos nuevos de senadores descontentos con el ajuste económico y el tono político que le imprimió Temer al gobierno interino en sus dos semanas de mandato.
Los cargos contra Rousseff fueron presentados por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del ex presidente Fernando Henrique Cardoso y del canciller interino, José Serra, bajo la acusación de que hubo irregularidades en movimientos contables para cubrir el presupuesto de 2015.
Según Cardozo, el contenido de esos audios comprueba que «todo el proceso» contra Rousseff tenía como «objetivo principal» obstruir el trabajo de los tribunales en relación a Petrobras y que constituye, por tanto, un «auténtico golpe de Estado».
El documento tiene 370 páginas y repite en gran parte la estrategia derrotada en la Cámara de Diputados y en la primera parte del juicio político en el Senado.
El clima político tomó voltaje en San Pablo, la ciudad más grande de Sudamérica: unos 7.000 militantes del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) ocuparon la sede de la presidencia en la Avenida Paulista con carteles y gritos de «Fuera Temer».
La policía brasileña los reprimió con gases lacrimógenos y logró desocupar el edificio, pero la manifestación se hizo más grande, con miles de personas convocadas por los grupos feministas para protestar contra Temer y la violencia de género, luego de la conmoción causada por la violación de una adolescente en Rio de Janeiro por más de 30 hombres que subieron a Facebook fotos y vídeos del delito.
Durante la protesta en la sede de la presidencia, que incluyó escenas de ataques de un policía a una joven desarmada, el reclamo era contra Temer y contra la política social diseñada por su ministro de Economía, Henrique Meirelles.
«Este edificio que ocupamos es donde queda la oficina de Temer en San Pablo, Como el llegó al gobierno mediante un golpe lo primero que hizo fue atacar nuestras viviendas, cancelando los planes de vivienda como Mi Casa Mi Vida», dijo Guilherme Boulos, líder del MTST.
En Rio de Janeiro, unas 30.000 personas salieron a las calles para protestar contra la violencia hacia la mujer, manifestantes que se mezclaron con los opositores a Temer, una escena que se repitió en Belo Horizonte, Brasilia, Salvador y Porto Alegre.
Temer, por su parte, hoy en un discurso en el que puso en funciones a los nuevos titulares de las empresas públicas como Petrobras y los bancos estatales BNDES y Caixa Económica Federal y el ente estadístico IBGE, negó que busque reducir los pisos constitucionales para los presupuestos de salud y educación.
Temer volvió a pedir confianza en las medidas con las que busca sacar de la recesión la economía del país, aunque insistió en que ese «esfuerzo» demandará «sacrificios», durante el acto en el que asumieron sus tareas varios funcionarios por él designados.
Temer dijo que asumió el 12 de mayo con «una gran conjugación de problemas ocasionada por errores que comprometieron la gobernabilidad y la calidad de vida de nuestra gente», en obvia referencia a la gestión de Rousseff, a quien el acompañó en al fórmula presidencial en 2010 y 2014, como parte de la alianza entre el PMDB y el PT par garantizarle al Ejecutivo base legislativa.
La disputa política no ofrece treguas para los brasileños, que a primera hora de este miércoles recibieron un nuevo impacto sobre el tamaño de la crisis económica: en el primer trimestre del año, el Producto Bruto Interno (PBI) cayó 0,3% respecto del último de 2015, confirmando la mayor recesión en 25 años, aunque lejos de previsiones más negativas de los analistas financieros.
En comparación con el primer trimestre de 2015, la caída interanual fue del 5,4%, de acuerdo al Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
Fuente: Telam
