Roxana Carabajal, astilla de una familia tradicional que lleva el folclore santiagueño por distintos escenarios, se presentó en La Salamanca marcando un estilo propio y dejando un mensaje de amor, amistad y ante todo compromiso ante la sociedad.
Un examen permanente
En conferencia de prensa, al explicar sus sentimientos a la hora de presentarse en su ciudad natal, la artista indicó: “Es una mezcla de emociones lo que se produce cantar en la tierra de uno, es como dar un examen, por todo lo que encierra el compromiso como bandeña y de llevar el mensaje de la chacarera por el mundo como lo quería mi padre (Carlos Carabajal) y tantos otros cantores”.
También habló sobre su último disco, “Autóctona” que está presentando en todo el país: “Lo que más elogio es el respeto del público al escuchar esta nueva propuesta, no pretendo que les guste sino que sientan cada canción porque son mensajes de amor, amistad, de reconocimiento a la tierra. La verdad es un sueño cumplido ya que no tenía imágenes propias; en este trabajo he podido transmitir historias que me venían pasando y que yo necesitaba plasmarlos”.
Hizo referencia además a las veces que le preguntaron sobre si ser parte de la familia Carabajal le generaba un peso extra en su carrera. “Siempre me sonreía y decía que no porque me llevó tiempo descubrir que la ‘mochila’ era ser simplemente una intérprete y no compositora como lo son la mayoría en la familia. Entonces un día me animé y dije yo también quiero dejar mi mensaje para cuando ya no esté y nacieron mis primeras canciones”
“No me considero una innovadora –continuó- sigo aprendiendo y sigo en la búsqueda. Yo vengo de dos escuela, la primera fue la de mi padre, la de Agustín Carabajal, de Julio Gerez, de los hermanos Ábalos, la de Andrés Chazarreta, esos que nos han enseñado los primeros pasos y el contacto directo con nuestra esencia. La segunda fue la de Peteco Carabajal que es realmente un innovador en el folclore, porque generó un cambio muy fuerte que es el que se escucha hoy en el folclore y lo hizo junto a MPA (Músicos Populares Argentinos) y Los Santiagueños. Nosotros hemos tomado este camino que fue una búsqueda y necesidad de lo que los jóvenes querían escuchar y l seguimos transitando porque estoy segura que jamás se va a perder”.
“No me considero feminista”
Roxana expuso sin problemas su posición respecto a la lucha de las mujeres por sus derechos y el feminismo, destacando: “Es un momento muy fuerte para todas. Yo no soy partidaria del fanatismo que para mí destruye; no me considero feminista sino una mujer que acompaña a otra hermana a salir adelante en el proceso de reconstrucción de su vida”.
“Yo misma he reconstruido mi vida, -continuó- como tantas mujeres yo también tengo una historia, que no la cuento porque forma parte de mi intimidad y jamás he querido victimizarme. Puedo decir que he tenido una infancia extremadamente feliz gracias a mis abuelos (mis papis Carlos Carabajal y Zita Correa) que me han rescatado, me han salvado y me dieron la oportunidad de armar mi propia historia”.
En ese contexto amplió: “En base a lo que he vivido, quiero acompañar a todas las mujeres que sufren, que pasan momentos de dolor y angustia y darles la mano para salir adelante, eso es ser compañera y no hablo de ser feminista y sentir que tenemos todo el poder. Nosotras tenemos que estar al lado del hombre, ni atrás ni adelante porque debe existir igualdad de derechos. La única diferencia entre uno y otro es la gran sensibilidad que tenemos por el sólo hecho de ser madres, pero tenemos que aprender a ser buenos compañeros para poder crecer”.
