«La situación en la región de Jarkov es dura, pero nuestras fuerzas armadas, nuestra inteligencia, han tenido importantes éxitos tácticos», declaró por su parte el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en su último mensaje por televisión, reportó la agencia de noticias AFP.
Las fuerzas ucranianas aseguran que conquistaron Ruska Lozova, un poblado «importante estratégicamente», cerca de Jarkov, y que evacuaron a centenares de civiles.
Según un alto cargo de la OTAN, Rusia solo ha tenido avances «menores» e «irregulares», debido al contraataque de las fuerzas ucranianas armadas por los países occidentales.
El Pentágono dijo que los rusos «se han quedado atrás de lo que esperaban lograr en el Donbass», porque los ataques aéreos no han logrado allanar avances terrestres en esa zona, que los separatistas prorrusos ya dominan parcialmente desde 2014 y que se ha convertido en el principal objetivo de Moscú en esta fase de la guerra.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores aseguró, en cambio, en una entrevista con la agencia oficial china Xinhua, que la ofensiva de su país «se está desarrollando en estricta conformidad con el plan».
Lavrov exigió en esa entrevista que los países occidentales dejen de enviar armas y alertó que, con sus sanciones a Moscú, Estados Unidos y los países aliados están dispuestos a poner en peligro la seguridad energética y alimentaria del mundo.
«En aras de satisfacer sus ambiciones geopolíticas, los Estados occidentales están dispuestos a poner en peligro la seguridad energética y alimentaria de regiones enteras del mundo», enfatizó.
Lavrov denunció que Occidente «trata de aplastar con los métodos más burdos a aquellas naciones que llevan a cabo una política interna y exterior independiente».
«Y no solo a Rusia. Vemos cómo imponen el pensamiento de bloques en la región de Asia y el Pacífico (…) Al estilo de la arcaica doctrina Monroe, Estados Unidos trata de dictar a América Latina qué estándares seguir (…) En esa misma línea se enmarca la presión constante a Bielorrusia. La lista es larga», remarcó.
«Si Estados Unidos y la OTAN realmente están interesados en resolver la crisis ucraniana, lo primero que deben hacer es despertar y dejar de enviar armas y municiones al régimen de Kiev», agregó el jefe diplomático ruso, según las agencias AFP y Sputnik.
Unos 40 países se reunieron el martes en Alemania para coordinar una aceleración de los suministros de equipos militares reclamados por Kiev.
Estados Unidos, Francia, República Checa y otros aliados entregaron a Ucrania armas de largo alcance para ayudarla a enfrentar la ofensiva de Moscú en el este de su territorio.
Zelenski mantuvo hoy una conversación telefónica con Emmanuel Macron, a quien le agradeció «los envíos de material militar a gran escala que contribuyen a la resistencia ucraniana», mientras el jefe de Estado francés «indicó que este apoyo se reforzará, al igual que la ayuda humanitaria proporcionada por Francia», según un comunicado del gobierno galo.
El presidente francés también habló de «la disponibilidad de Francia para contribuir a un acuerdo que ofrezca garantías de seguridad a Ucrania», una de las condiciones imprescindibles que pide Kiev para reanudar las conversaciones de paz de alto nivel con Moscú.
«La misión de los expertos franceses que contribuyen a la recolección de pruebas para luchar contra la impunidad y permitir el trabajo de la justicia internacional en relación con los crímenes cometidos en el contexto de la agresión rusa continuará», añadió el texto, reproducido por AFP.
Varios países ofrecieron expertos a Ucrania para colaborar con la investigación de supuestos crímenes de guerra.
Las autoridades ucranianas acusan a las tropas rusas de masacrar a civiles de manera deliberada en Bucha, Borodianka y otros suburbios de Kiev durante su ocupación en marzo, antes de retirarse, mientras que Moscú niega su responsabilidad en estas masacres y considera que se trata de un «montaje» para inculpar a sus tropas.
Los cuerpos de tres hombres con las manos atadas y los ojos vendados y señales de haber sido torturados y tiroteados fueron encontrados hoy en una fosa en cercanías de la localidad ucraniana de Bucha, informó la policía de Kiev.
«Las víctimas fueron torturadas durante mucho tiempo (…) Al final, cada una recibió un disparo en la sien», afirmó en un comunicado el jefe de la policía de Kiev, Andriy Nebitov, precisando que les ataron las manos, les vendaron los ojos y a algunas les pusieron mordazas en la boca.
Los cuerpos de estos tres hombres fueron encontrados en Mirotske, un pueblo cerca de Bucha, la localidad a las afueras de Kiev que se convirtió en símbolo de las atrocidades de la guerra en Ucrania y donde se encontraron numerosos civiles muertos.
A mediados de febrero comenzó la evacuación a gran escala de la población civil de la región del Donbass, donde se encuentran Donetsk y Lugansk.
En Popasna, región de Lugansk bajo control ucraniano, las tropas rusas abrieron fuego contra dos colectivos de evacuación y se perdió la comunicación con los conductores, denunció el jefe de la Administración Cívico-Militar Municipal de Popasna, Mikola Janatov, a través de Telegram, informó la agencia ucraniana Ukrinform.
El Ejército ucraniano aseguró en Facebook haber destruido en las últimas 24 horas 11 tanques rusos y más de 40 unidades de otros equipos.
El 24 de febrero Rusia lanzó una ofensiva militar en Ucrania bajo la justificación de que el Gobierno de Kiev venía cometiendo crímenes contra los habitantes de las dos provincias rusoparlantes en la región del Donbass a las que, previamente, Moscú había reconocido como Estados independientes.
El reclamo del Kremlin incluye la violación por parte de Ucrania de los Acuerdos de Paz de Minsk, de 2014 y 2015, que obligaban a Kiev a darle a esas dos provincias -Lugansk y Donetsk, que en sendos referendos votaron por separarse de Ucrania- autonomía y posibilidades de elegir sus propias autoridades regionales.
Ucrania, en cambio, afirma que con la operación militar Rusia pretende arrasar con la cultura y la historia ucraniana, y derrocar al presidente Zelenski para promover que llegue al poder un dirigente cercano a Moscú.
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