Con profunda devoción se realizó la misa mensual en honor a Nuestra Señora de la Dulce Espera, organizada por la Comisión que lleva su nombre y que pertene a la parroquia Cristo Rey.
La santa misa estuvo a cargo del padre Gastón Cuello quien pidió a la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de la Dulce Espera, interceda ante su hijo para regalar a las familias un corazón sencillo y recibir las enseñanzas que ayuden a crecer cada día.
Una vez más, las redes sociales fueron la herramienta para acercar a los fieles a la celebración eucarística esperando la tan ansiada bendición.
En su homilía el padre Gastón destacó: «Nos reunimos para rezar a María de la Dulce Espera y atrás vemos a María y a su hijo crucificado; ese que nos va marcando un camino, quien fue engendrado en ese vientre santo y al que estamos llamados a seguir de la mano de María y la iglesia».
«Es importante que sepamos que no estamos solos -continuó- que María está siempre al pie de la cruz como madre de los dolores. Aquí está con nosotros en este tiempo tan dificil que nos está tocando vivir y no es solamente porque tengas o no este virus, sino por todo el contexto que genera, porque tienes problemas económicos, porque no puedes tratarte alguna otra dolencia, porque temes salir, porque esperas un hijo que no llega y son tantas cosas; pero recuerda que ahí esta María que nos va a llevar al encuentro con Jesús».
También pidió: «No nos desesperemos tanto, confiemos un poquito más; toda situación es para fortalecer la fe porque nada queda sin ser escuchado por Dios. Que en este día ante el dolor no nos quedemos arrodillados llorando, sino que nos levantemos y estemos al lado del Señor guiados por su Madre».
Posteriormente y como ya es una tradición, el sacerdote impartió la bendición a las madres embarazadas, a los pequeños recién nacidos y a las parejas que esperan por la gracia de un hijo.
