Un grupo de 75 presos, muchos de los cuales serían miembros de la organización criminal brasileña Primer Comando Capital (PCC), se fugó este domingo de la prisión de Pedro Juan Caballero, donde fue encontrado un túnel, si bien el Gobierno no descarta que se escaparan por la puerta principal y con la complicidad de las autoridades de la cárcel.
La fiscal Reinalda Palacios confirmó que se trata de 50 presos recluidos en la planta alta y 25 de la planta baja. El Ministerio de Justicia no ha proporcionado todavía la lista de fugados, aunque algunos medios locales llegaron a afirmar que eran 91 prisioneros y que uno de ellos habría sido capturado cuando salía del túnel, de madrugada.
En declaraciones a la cadena Telefuturo, el ministro del Interior, Euclides Acevedo, dijo que se baraja la hipótesis de que los internos salieron al exterior por los portones principales de la cárcel y que contaran con el apoyo de los guardias.
Añadió que el director de la cárcel, en el departamento de Amambay, frontera con Brasil, se encuentra de vacaciones.
Según el testimonio del ministro, el túnel habría sido construido como una fachada para ocultar esa presunta complicidad.
“Esto no fue un trabajo de un solo hombre y tampoco algo que se hace un día, es imposible que nadie sepa nada, no puede ser que nadie haya visto algo”, dijo Cecilia Pérez, ministra de Justicia, a la cadena ABC.
La mayoría de los fugados son integrantes del Primer Comando Criminal, considerada como la mayor banda de traficantes de drogas y armas de Brasil.
Cinco camionetas en las que se fugaron parte de los reclusos fueron encontradas incendiadas en Ponta Porá, en el lado brasileño de la frontera, reportó Elena Andrada, portavoz de la Policía, que ya inició un operativo de búsqueda de los fugados en la zona de Pedro Juan Caballero, fronteriza con Brasil y uno de los centros de operaciones del PCC.
Entre los reclusos fugados se encuentran criminales que participaron en una masacre entre pandillas en la cárcel de San Pedro el 16 de junio del año pasado, donde murieron decapitados 10 presidiarios, precisó la funcionaria.
El pasado diciembre, la ministra Pérez informó de que contaban con “información de inteligencia penitenciaria” que apuntaba a un plan de fuga o rescate de líderes del PCC, los cuales aportarían una recompensa de 80.000 dólares para ese operativo. Además, señaló que no se descartaba que el objetivo fuera liberar a más de una persona de alguno de los centros penitenciarios del norte del país, en concreto, de la cárcel de Pedro Juan Caballero.
Ante esa posible amenaza de fuga, Justicia anunció entonces el refuerzo de la seguridad en los penales del país, donde ya se cuenta con presencia policial y militar, según establece la Ley de Emergencia Penitenciaria.
Esta normativa fue sancionada por el presidente del país, Mario Abdo Benítez, el pasado 8 de septiembre, después de varios enfrentamientos y amotinamientos en los penales del país.
A eso se sumó unos días después la fuga del Jorge Samudio, cabecilla del grupo criminal brasileño Comando Vermelho, otro grupo criminal brasileño que opera en Paraguay asociado al tráfico de drogas. Samudio escapó tras un asalto al furgón penitenciario en el que era trasladado, muriendo en ese ataque un comisario de la Policía Nacional.
Abdo Benítez, del conservador Partido Colorado, reconoció entonces que “hubo corrupción y hubo dinero de por medio” en el asalto armado.