Se reavivó la interna en el oficialismo entre Elisa Carrió y Rogelio Frigerio después del debut de la Mesa de Acción Política

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La Mesa de Acción Política fundada el lunes de urgencia por Mauricio Macri, y creada para «coordinar las tareas de los próximos meses», tardó menos de una semana en crujir.

Los dardos de ayer por la noche de Elisa Carrió contra Rogelio Frigerio en los estudios de TN amenazaban este viernes con alterar la frágil tranquilidad interna que sobrevoló en estos días la Casa Rosada tras la dura derrota de Mauricio Macri en las PASO y la oxigenación temporal del gabinete con la salida de Nicolás Dujovnedel Ministerio de Hacienda.

La diputada, que a principios de semana fue sentada por Macri a su lado en la  nueva mesa política que, en teoría, tiene cita los lunes, volvió a vincular al ministro del Interior con el PJ, en teoría, en contra de los intereses del Gobierno.

Resaltó que el funcionario «avalaba» que había que «dejar ganar al PJ» en las elecciones provinciales, y que por eso la Casa Rosada no debía acompañar «a los candidatos a gobernadores de Cambiemos». Aseguró además que el ministro había hecho concesiones a los gobernadores en la discusión por el presupuesto. «Tenemos provincias con dinero sobrante y gente muerta de hambre», subrayó. Y hasta puso en duda el manejo de la obra pública por parte del Ministerio del Interior.

«¡Nos trató de chorros!», enloquecían esta tarde cerca del ministro, que ya había sido apuntado por la líder de la Coalición Cívica en reiteradas oportunidades en los últimos meses, en especial tras la derrota de su amigo Mario Negri en Córdoba. Después de esa elección, la diputada cruzó en durísimos términos a Nicolás Massot en uno de los pasillos de la Cámara baja. Sin anestesia, lo tildó de «hijo de puta» frente a decenas de asesores parlamentarios.

Massot, que dejó el país para estudiar en los Estados Unidos, es parte del círculo de poder de Emilio Monzó y de Frigerio, que viajó a Misiones con Macri.

Otro funcionario de ese entorno es Sebastián García de Luca, viceministro del Interior, un dirigente de origen peronista que trabó un delicado vínculo de equilibrio entre la planta baja y el primer piso de la Casa Rosada, y que fue elegido ahora para contestarle a Carrió.

«Nunca fuimos autónomos de las decisiones de gestión, todo ha sido por decisión del Presidente. Quienes lo critican a Rogelio lo hacen también hacia el Presidente. No se puede decir cualquier cosa, ni insultar a integrantes de un equipo de gobierno que ha trabajado denodadamente para garantizar la gobernabilidad», remarcó el funcionario ante Infobae y los periodistas acreditados del Gobierno.

Y dejó en llamas a la previa del encuentro del lunes de la flamante Mesa de Acción Política.
El ámbito había sido oficializado hace 96 horas en Olivos por Macri como un espasmo ante la crisis de gobernabilidad en la que quedó sumergido tras la derrota frente a Alberto Fernández en las primarias de hace dos domingos.

El Presidente sentó, además de Carrió y Frigerio, a Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Marcos Peña, Miguel Ángel Pichetto, Mario Negri, Luis Naidenoff, Patricia Bullrich y Mario Quintana, el ex vicejefe de ministros que tuvo que dejar el gabinete envuelto en críticas hace poco menos de un año, en la crisis cambiaria de septiembre pasado.

Quintana se sentó a la mesa, de nuevo, de la mano de Carrió.

Elisa Carrió durante su discurso en el Centro Cultural Kirchner, la semana pasada
La sobre exposición de la diputada de estos días, erigida como activa vocera de campaña, no alteró solo a Frigerio y la llamada «ala política» a la que la dirigente suele desdeñar. A Peña, cuyo liderazgo quedó en el ojo de la tormenta tras la derrota, el rol de la líder de la CC no le termina de cerrar. Pero la necesita. Y se utilizan mutuamente.
Hay quienes creen, puertas adentro, que pone en riesgo la estrategia electoral con la que el Presidente buscará descontar en octubre con el Frente de Todos.
Los dichos de «Lilita» se dan en medio del debate por la gobernabilidad, la «transición», de la que se habla por lo bajo, y la campaña.
Jaime Durán Barba, hasta hace tres semanas el consultor estrella de Macri que volvió al país este viernes y que, según fuentes de la Jefatura de Gabinete, tiene previsto encontrarse con el equipo de comunicación «entre lunes y martes», tampoco es proclive al liderazgo de la diputada. Es recíproco: ella se jactó de haberlo «echado» de los reservados de Costa Salguero, el domingo de las primarias.
En el almuerzo que Peña compartió este mediodía con un reducido grupo de ministros -«reflexivo», según algunos de los comensales- no estuvo el asesor ecuatoriano. Tampoco pasó a la reunión que el jefe de Gabinete lideró un rato después con el equipo digital de campaña.
Es que todavía no está definido el trazo fino de la estrategia de cara a octubre. Carrió tiene su propia sintonía.

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