Dos días antes del cierre de la presentación de alianzas en Córdoba, Cambiemos no sabe si tiene uno o dos candidatos. Si Ramón Mestre se queda en la UCR y si Mario Negri va por fuera. Si está firme o se rompe la alianza. Y si habrá internas el próximo domingo 17. Anoche parecía que hoy sería la fecha de vencimiento.
En Casa Rosada se hará un último intento por evitar un papelón mayor, en medio de un culebrón que tuvo varios capítulos y que comenzó cuando se propusieron (lo recordó el jefe de Gabinete este fin de semana) definir candidaturas según las encuestas. Claro que los dos tienen encuestas que los dan ganadores y no se pusieron de acuerdo.
Los adversarios no fueron invitados pero sí los representantes de los tres socios: la UCR, el PRO y la Coalición Cívica. Estarán en el encuentro Marcos Peña; Humberto Schiavoniy Horacio Rodríguez Larreta por el PRO y Maximiliano Ferraro y Maricel Echecoin por la Coalición Cívica, mientras que no irá el presidente del radicalismo Alfredo Cornejo. Él mismo le explicó a Infobae en Mendoza que sin acuerdo entre las partes la única salida es dirimir quién será el candidato a gobernador a través de la elección interna.
No todos piensan igual. Gerardo Morales, que es el vicepresidente del Comité Nacional y quien sí irá a la reunión, cree que Mestre debería deponer sus intenciones, que es joven y puede esperar y que la UCR tiene varios candidatos a gobernador por lo que el partido no puede quejarse: en Santa Fe, en Río Negro, en Tucumán y en Neuquén, donde acaba de perder Horacio ‘Pechi’ Quiroga, por ejemplo.
Todos los participantes de la reunión prefieren a Negri por sobre Mestre. Incluso la CC, con Carrió a la cabeza, salió el fin de semana a respaldarlo fuertemente.
A Negri lo entusiasmaron a lanzarse Elisa Carrió, Marcos Peña y Horacio Rodríguez Larreta. Mestre en cambio se apoya en su estructura local y una parte del PRO representada en Nicolás Massot, que si bien es jefe del bloque de diputados del macrismo perdió simpatía a nivel nacional al mismo tiempo que perdía poder Emilio Monzó con quien siempre trabajó en equipo.
Los contendientes firmaron su participación en la interna partidaria (no es PASO provincial) y presentaron el escrito hace tiempo. Por eso para evitarla Negri, Héctor Baldassi y Luis Juez recurrieron a la Justicia y objetaron dificultades de organización y garantías de transparencia. Sospechan que el fallo les será adverso.
Ni Mestre ni Negri serán parte de la reunión de hoy en la Casa Rosada. Depende con quién se hable se vislumbran varios escenarios posibles. Todos son complejos y dejan heridos.
Varias fuentes vinculadas a las negociaciones prometen hacer el máximo esfuerzo para salvar Cambiemos y evitar ir divididos como cuando Martín Lousteau armó Evolución en Capital. Parece casi imposible: anoche en el ‘negrismo’ daban por descontado que si la jueza Marta Vidal habilita la interna no se presentarán. Eso no significa que Negri piense desistir, volvería a la Justicia Electoral y antes del miércoles presentaría una modificación a lo ya presentado. Es decir: el PRO y el Frente Cívico se irían de la alianza Cambiemos y armarían una nueva con algún partido local para postular la fórmula Negri-Baldassi. Eso significaría el acta de defunción de Cambiemos a nivel local.
A Mestre la salida no lo convence porque los votos se dividen. En una interna el que pierde acompaña y el que gana se supone que en la elección de mayo sumaría los votos de su adversario interno. En cambio en este escenario lo que estarían peleando es cuál de los dos radicales se quedaría con el segundo puesto.
«Como están las cosas Juan Schiaretti tiene garantizado el triunfo, saca 50 puntos», se quejaban algunos este fin de semana después de recibir llamados de uno u otro.
Un importante dirigente radical especulaba con desconfianza si ese no sería el objetivo de la Rosada: que gane Schiaretti en Córdoba, Alberto Weretilneck en Río Negro, Gustavo Bordet en Entre Ríos y Omar Gutiérrez en Neuquén, como ocurrió. Se quejaba además de que a Horacio ‘Pechi’ Quiroga «lo dejaron solo» al tiempo que reconocía que el neuquino también prefirió despegarse para evitar que la caída de imagen del gobierno nacional lo afecte.
¿Cómo se entiende esa hipótesis? En el Gobierno suelen negociar votos con estos gobernadores de la oposición «dialoguista» en el Congreso.
En ese marco algunos se preguntan qué le conviene al Presidente. Si bajar a su candidato, Mario Negri, para evitar quedar pegado a una posible derrota o si darle el máximo apoyo y tratar de que quede segundo para luego responsabilizar a Mestre por el resultado adverso.
En el fondo, más allá de los personalismos y la resistencia de uno y otro, está el latente reclamo del radicalismo por un rol más protagónico en Cambiemos; el perenne reproche por decisiones inconsultas; los cuestionamientos a la política energética y la suba de tarifas; el replanteo de estrategias ante la caída de imagen de Macri en los distintos distritos y la falta de construcción política tanto en el parlamento como en las provincias.
Visto del otro lado, la pregunta es qué harían los radicales sin el peso de Cambiemos. Hasta Jorge Macri desafió a que en la UCR se presenten a internas para todos los cargos y midan fuerzas.
Además, ante el culebrón cordobés el presidente Macri se ve obligado a superar la crisis con muñeca política o aplicar mano firme para frenar el crecimiento de un germen rebelde.