La nueva ley de trasplante de órganos, la «ley Justina», aprobada el miércoles por el Congreso, sirvió para poner bajo la mirada pública el grave panorama que viven quienes necesitan un trasplante de órgano o de tejidos para seguir viviendo o mejorar su calidad de vida. La ley busca precisamente mejorar la actual situación mediante la figura de la donación tácita de toda persona fallecida que no haya hecho explícita su negativa.
Según datos del Incucai, la lista de espera llegaría actualmente a 10.734 personas, que necesitan un órgano, o también un tejido que salve su vida o mejore su salud. De ellas 7.717 personas necesitan de un trasplante para salvar su vida en este momento, resalta el organismo nacional.
Los más solicitados
Al mirar en detalle cuáles son los órganos más demandados, el riñón es que tiene la lista de espera más extensa: en todo el país hay 5.787 adultos y 124 niños aguardando por un trasplante de este órgano. Este es uno de los pocos órganos que pueden trasplantarse de un donante vivo, aún así, la mayoría de las donaciones provienen de donante cadavérico. En segundo lugar, en cantidad de pacientes en lista de espera, están las córneas, con 2.949 personas en lista de espera.
Las córneas corresponden a la categoría de tejidos, por lo que lograr la donación es más sencillo que para los órganos (en los que debe darse la muerte encefálica del donante).
El tercer órgano más demandado es el hígado —que también admite donante vivo—, con 1.265 personas en lista de espera. El cuarto puesto es para los pulmones, con 217 personas en lista de espera. Le sigue la donación «renopancreática», con 162 personas en espera. Y el sexto lugar es para quienes aguardan un corazón, con 126 personas. Luego hay otros órganos, aunque con menor demanda: escleras, 49 pacientes en espera; hepatorrenal, 31 personas; intestinal, 10; pancreática, 9; cardiopulmonar, 4; cardiorrenal, 3 y hepatointestinal, 1.
El tiempo de espera
Otro aspecto importante es el tiempo que los pacientes pasan a la espera de un órgano. Cuando una persona es ingresada a la lista de espera, es porque el órgano o tejido que se debe reemplazar ya no cumple con su capacidad funcional, lo que se traduce en problemas de salud y, muchas veces, mala calidad de vida.
Según el Incucai, hay 398 personas que llevan más de 10 años en lista de espera. De ese total, 174 esperan un trasplante renal, 186 aguardan un trasplante de córneas, 32 un nuevo hígado, 4 un trasplante de corazón y 2 un trasplante cardiopulmonar. El 26 por ciento (2.759 casos) de los integrantes de la lista lleva entre 3 y 7 años de espera. Otro 18 por ciento (1.897 pacientes) llevan entre uno y dos años de espera. El 15 por ciento tiene entre 6 y 12 meses de espera y el 13 por ciento lleva entre 2 y 3 años de espera. Todos estos datos, tan negativos, deberían mejorar sustancialmente ahora, a partir de la aplicación de la «Ley Justina».
Fuente: La Capital de Rosario