Venir a Racing fue la mejor decisión que pudo haber tomado Ricardo Centurión. No solo encontró un equipo que está hecho a su medida, con un técnico que potencia su juego, sino que también lo volvió a poner en el foco de todos los amantes del fútbol. Y tan buena fue su decisión, que Jorge Sampaoli ya lo decidió: será el jugador número 23 y vestirá la camiseta de la Selección argentina en el Mundial de Rusia.
Son muchos los motivos por los que Centurión le saca una luz de ventaja a Perotti y Meza, los jugadores con los que competía por ese lugar. Es lo mismo que pasa con Armani. Su actualidad, su buen momento. Las convocatorias en la Selección argentina son, además de por la excelencia como jugador, por momentos. Y el momento que está viviendo el volante de Racing es extraordinario.
¿Pero como va a llevara un jugador que nunca convocó? Esa es la gran pregunta. Sampaoli tiene debilidad por Centurión. En Marzo, en una conferencia de prensa dejó en claro que estaba sorprendido por el buen nivel del Wachiturro. El Pelado lo vio varias veces en vivo y en directo cada vez que estuvo en el Cilindro, en donde también se maravillaba con las actuaciones de Lautaro Martínez.
Además de todo esto, su principal competidor, Diego Perotti, no es titular en la Roma y no juega tantos partidos como le gustaría al entrenador. En cuanto a Meza, le gusta mucho, pero cree que aún es joven. Quizás sea un buen proyecto de cara al futuro. Al Igual que Lautaro, Bustos y Paredes, que se quedarán afuera de la gran cita mundial.
La otra cara del crack
Además de lo extraordinario como futbolista, Jorge Sampaoli deberá tener en claro que llevar a Centurión no es llevar a cualquier jugador. Sus excesos fuera de los campos de juego lo hacen un jugador problemático. La realidad es que si la conducta de Ricky hubiese sido otra, hoy no estaría jugando en el fútbol argentino. Alguien de su calidad no se le escapa a los grandes de Europa.
Sus denuncias por violencia de genero, su mala fama al volante y su intento de coima a un policía lo pusieron en las tapas de todos los diarios, y no precisamente los deportivos.
No hay autoridad moral ni pedestal para señalar al hombre. Pero hay algo que excede a los gustos personales: la selección argentina representa a la Argentina. Es una institución; ser parte no puede estar limitado a la aptitud técnica.