El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, aseguró que la pandemia de coronavirus es peor que una explosión nuclear, en referencia a lo que sucede en el barrio de emergencia Villa Azul, en Quilmes, dispuesta en los últimos días por un brote de la enfermedad que tiene en vilo al mundo.
“Quiero que entiendan bien una cosa: nosotros no podemos pelearnos con la realidad y con la sociedad. Esto es peor que una explosión nuclear, porque en una explosión nuclear uno puede medir en tiempo real la radioactividad. Nosotros acá estamos 14 días atrasados”, planteó el funcionario.
De ese modo aludió al tiempo de incubación que tiene la COVID-19, lo que genera inconvenientes para entender el grado de propagación de la enfermedad y aplicar medidas sanitarias para frenar la propagación del virus por la comunidad.
En medio de los operativos realizados en ese barrio vulnerable del Conurbano, Berni planteó que es probable que en otros focos de contagio adopten otra estrategia sanitaria.
“Los médicos no tratamos enfermedades, tratamos pacientes… Y de acuerdo a la característica de cada paciente es el tratamiento que se lleva adelante. En este barrio, en estas condiciones, los infectólogos entendieron que había que aplicar este tratamiento. ¿Esto quiere decir que lo vamos a aplicar en todos lados? ¡No! Cada paciente necesita un tratamiento distinto”, desarrolló.
Con estas declaraciones pareció tomar distancia de la visión del ministro de Salud, Daniel Gollán, que esta mañana había ratificado que aislarán los countries y clubes de campo en donde se detecten casos de coronavirus.
Berni aseguró que la Argentina está ingresando en la peor fase de la enfermedad y graficó cuál es la estrategia de las autoridades: “Esto es como el Titanic, tenemos el iceberg enfrente y tenemos que decidir si chocamos de frente, chocamos de costado o chocamos de atrás; el choque es inevitable”.
El barrio ubicado entre Quilmes y Avellaneda se encuentra completamente bloqueado por la policía de la provincia por decisión de Kicillof quien, en sintonía con el gobierno nacional y los municipios que conducen Mayra Mendoza y Jorge Ferraresi, decidió tomar esa estricta medida de aislamiento para evitar que el virus se propague por la zona. Hasta el momento se confirmaron 173 casos positivos en ese barrio.
En cambio, los funcionarios comandados por el ministro Fernán Quirós entienden que intentar aislar una villa entera “no tiene ninguna lógica técnica” porque el alto nivel de transmisibilidad del virus hace que no se quede en un lugar focalizado. “Llegó por Barrio Norte con la gente que viajaba y ya está distribuida por toda la ciudad”, ejemplifican.
“Si hoy tuvimos 300 casos y 80 son en la Villa 31, ¿qué sentido tiene aislarla si la mayoría de los positivos son afuera?”, agregan.
La estrategia para las zonas vulnerables que consideran más efectiva para este distrito es otra y tiene tres patas: testeos masivos para cortar los focos de infección, operativos de higiene urbana y asistencia alimentaria -que se triplicó de 102 mil personas a 300 mil-.