Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza

0
1921

Por Facundo Gallego para LA BANDA DIARIO

Comentario del Evangelio del XXVII Domingo del Tiempo Ordinario–Lucas 17,3-10

3 Jesús dijo a sus discípulos: si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. 4 Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: «Me arrepiento, perdónalo».

5 Los Apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». 6 El respondió: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: «Arráncate de raíz y plántate en el mar», ella les obedecería.

7 Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: «Ven pronto y siéntate a la mesa»? 8 ¿No le dirá más bien: «Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después»? 9 ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? 10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: «Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber»».

Palabra del Señor

COMENTARIO

Hermanos y hermanas: Estamos comenzando el mes del Rosario y de las Misiones. ¡Y tenemos infinidad de celebraciones! Hemos inaugurado el mes con Santa Teresita y los Ángeles de la Guarda. El “pobrecillo” de Asís nos acompañó el viernes; y mañana será el día de Nuestra Señora del Rosario. Incluso, tendremos la oportunidad de festejar la bondad y la misericordia de Dios reflejadas en el rostro amable de San Juan XXIII el día 11, y en el semblante firme y sonriente de San Juan Pablo II el día 22. ¡Ni hablar de Santa Teresa el día 15, mujer extraordinaria que se puso al hombro la reforma del Carmelo! Y no podemos olvidar a nuestro evangelista, quien nos está acompañando durante todos los domingos del este año: San Lucas tendrá su fiesta el día 18. ¿Y quién no le ha rezado a San Judas por un imposible? Pues también tendrá su memoria litúrgica junto a San Simón apóstol el día 28. ¡Octubre: menudo mes para dar gracias a Dios por la enorme fe de estos santos!

Justamente hoy, la Iglesia nos propone orar con un fragmento dedicado a la fe, correspondiente al capítulo diecisiete del Evangelio según san Lucas. Cada vez más cerca de su llegada a Jerusalén, Jesús invita a sus discípulos a fortalecer su fe, operante sobre todo en el perdón al hermano y en el servicio a Dios presente en el prójimo. 

Corrección (vv. 3-4)

Hay pasajes en la Sagrada Escritura que son consejos muy prácticos y que nos ayudan a vivir la vida cristiana constantemente. Este fragmento es uno de ellos: “Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo.” (v. 3) Así de sencillo. Sin más vueltas. Corregir y perdonar.

Si queremos profundizar un poquito más, podemos preguntarnos cuál es el modo correcto, el más evangélico para reprender a un hermano que ha fallado. Entonces nos responde San Mateo (cap. 18): “ve y corrígelo, a solas tú con él (v. 15)… si no te escucha, toma contigo uno o dos testigos (v. 16)… si los desoye, díselo a la comunidad (v. 17)…” Hay un modo cristiano para corregir: cara a cara, serenamente. Sobre todo, con mucha caridad. El objetivo de corregir a un hermano no es hacerle pasar vergüenza ni hacerlo sentir un inútil o un tonto por haberse equivocado; sino que lo que se busca es un bien espiritual (y muchas veces corporal) para aquel que yerra el camino. Al buscar el bien del hermano, estamos practicando la caridad con él.

Pequeño examen de conciencia que podemos hacer: cuando un hermano ha caído en un error o en un pecado, ¿qué hacemos primero? ¿Lo criticamos ácidamente? ¿Nos encargamos de hacer que todo el mundo se entere y sembramos burlas o sospechas sobre él? ¿O somos capaces de sentarnos a solas con él, mate o café de por medio, y corregirlo personalmente?

Mayor razón para proceder así nos la da el hermano cuando peca contra nosotros. ¡Cuántos problemas y habladurías se evitarían si tan sólo tuviéramos el coraje de hablar de los errores! Resulta que fulano habla mal de zutano pensando que éste no se entera de nada. ¿Cómo no encarar estos problemas con valentía, con serenidad, con humildad y con mucho amor? Deber nuestro es proceder así, poniendo las cartas sobre la mesa, y siempre dispuestos de antemano a perdonar.

San Ambrosio de Milán sintetiza este mensaje en simples palabras: “No debe ser difícil el perdón, ni la corrección ha de ser tan rígida que desanime. Corrígele estando tú a solas con él, porque aprovecha más la corrección amiga que la acusación violenta.”

¿Que es difícil perdonar, decimos? Pues basta con recordar con mucha fe cuánto nos perdona Dios a nosotros… ¡que mayores razones tiene para ofenderse por la infinidad de faltas y pecados que cometemos contra Él! Que la frase “perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” resuene siempre en nuestros corazones cuando alguien peque contra nosotros. 

Granito (vv. 5-6)

La canción que más resuena en encuentros juveniles y en las parroquias es “el granito de mostaza”, que hace que varones, mujeres, movimientos, instituciones y grupos bailen al ritmo de una alegre alabanza. Y así como esta canción es capaz de hacernos bailar a quienes tenemos dos pies izquierdos, así también la fe es capaz de mover árboles y plantarlos en el mar (v. 6).

Esta petición es la que debemos hacer todos los días de nuestra vida: “Señor, auméntanos la fe.” (v. 5) Un pedido tan bíblico y tan ambicioso, que Dios no lo desoye nunca. Cuando el corazón se abre a la fe y hacemos verdaderamente opción por ella, nada es capaz de detenernos. San Beda el Venerable nos explica que “el Señor compara la fe perfecta al grano de mostaza porque en su aspecto es humilde, pero es ardiente en lo interior.” Así, los que hemos recibido la fe por el bautismo, estamos llamados a ponerla por obra, confiando totalmente en ella y en el Dios que nos la ha dado. Con la fe en Cristo Salvador, podremos despreciar y alejar el más terrible mal que acecha nuestras almas; con la fe en Cristo Resucitado, podremos alcanzar los mayores bienes para nosotros y para nuestros hermanos.

Servicio (vv. 7-10)

Todo lo que alcanzamos con la fe no debe servir para vanagloriarnos, sino para dar gracias a Dios por las virtudes, capacidades y dones que nos ha dado para cumplir con nuestro deber: vivir realmente como consagrados en Cristo por el bautismo, evitando el mal y haciendo siempre el bien.

Alguna vez puede suceder que esperemos recompensa de parte de los destinatarios de nuestras buenas obras. Pero no olvidemos lo que el Señor les dijo a sus discípulos: “no den limosna pregonándolo por las calles con el fin de ser honrados por los hombres; les aseguro que con eso ya tendrán su recompensa” (Mt 6,2) Que la única pretensión e intención que tengamos sea servir. Cuando la fe nos mueve a hacer el bien al hermano, es cuando más nos parecemos a Cristo, es cuando mejor lo imitamos y nos configuramos con él. No esperemos nada, ni un “gracias” ni una palmadita en la espalda acompañando un “bien hecho”. Nada de nada. Sólo Cristo; que Él sea nuestra única recompensa.

Cuenta un dominico que, mientras caminaba por el convento, oyó que el crucificado le decía a Santo Tomás de Aquino “has escrito muy bien sobre mí, Tomás. Pídeme algún premio.” Y Tomás le respondió: “Sólo te quiero a ti, Señor”.

Invitación

La invitación para esta semana es vivir la fe cristiana de estas dos maneras que hemos reflexionado juntos: perdonando y sirviendo.

HOY es el día perfecto para reconciliarse con el hermano que la ofensa puso lejos; HOY es el momento adecuado para poner blanco sobre negro y retomar esa vieja amistad que ha quedado marcada por el rencor. HOY es el día para hablar y dejarse hablar, para corregir y dejarse corregir. HOY es el día para poner la mesa, para hacer las compras, para llevar nuestra limosna al hermano más necesitado, para preguntar cómo estuvo la semana de nuestros familiares, para llamar por teléfono o visitar a los abuelos o a los parientes lejanos… ¡HOY es el día para dejar que el Señor aumente nuestra fe reconciliadora y servidora de los demás!

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here