Trapman Bermagui, pescador de tiburones, había enganchado una presa grande y se disponía a arrastrarla hasta la embarcación, pero una bestia marina le quitó el botín y le dejó solo la cabeza, que se volvió viral en las redes sociales.
«Siempre hay algo más grande en el mar...», reflexionó Bermagui, joven australiano que compartió las fotos desde las costas de Nueva Gales del Sur.
Según contó en su perfil, se trató de una cadena que muestra el salvaje mundo de los tiburones. El anzuelo fue mordido por una especie de menor tamaño, que fue devorada por un escualo de la familia mako, el más veloz del océano (hasta 125 kilómetros por hora). Sin embargo, el cazador fue cazado. Todavía con el anzuelo entre sus colmillos, en un momento de vulnerabilidad, un «monstruo» de mayor tamaño devoró el cuerpo del tiburón.
Bermagui no llegó a ver qué tipo de especie fue la que aprovechó la situación. En los comentarios, los usuarios debatían si se trató de un tiburón tigre o una ballena asesina, sospechoso menos probable por el tipo de mordida. Una tercera hipótesis apuntaba a la posibilidad de que se trate de un conjunto de tiburones no necesariamente de gran tamaño.
«Jason», como le dicen sus amigos, posó con la cabeza y afirmó que pesaba cerca de 100 kilos. Luego, al sacar la carne, se encontró con otra sorpresa: el pico de un pez espada incrustado en su boca, aparente huella de un antiguo duelo.
Según su revisión, la herida había cicatrizado hace mucho y el tiburón había vivido con este pico de 12 pulgadas (30 centímetros) durante años. «Todo lo que comió desde entonces ha pasado por allí rozando la zona», destacó.
Pese a la sensación que causó en las redes, el pescador rebajó el tono de lo ocurrido. «Esto suele pasar unas dos veces por año», matizó.
Fuente: Infobae