El peronismo se encamina a tener las primeras internas presidenciales desde el establecimiento de las Paso en las elecciones de 2011. La posibilidad que sonaba lejana cuando fue declamada por Alberto Fernández en un acto en Plaza de Mayo allá en noviembre de 2021 (había un pico de tirantez con el kirchnerismo), crece este verano a partir de los propios movimientos del Presidente y de la puerta abierta por Cristina Kirchner, poco después de ser condenada en el juicio de Vialidad, al anunciar que no será candidata en 2023.
Matías Lammens es uno de los seis ministros que quedan del gabinete designado por Fernández en diciembre de 2019. Días atrás, en Madrid, adonde viajó para la tradicional Feria de Turismo (Fitur) dejó su posición sobre el modo en que el Frente de Todos debe elegir esta vez su fórmula presidencial.
“Las Paso son una herramienta atractiva y van a potenciar el Frente de Todos”, avisó. Es poco probable que el ministro de Turismo y Deportes fije semejante posición en el caso de que Fernández opine lo contrario. El ministro también dijo: si el Presidente “tiene la voluntad de disputar las primarias está bien”.
En 2011 la fórmula Cristina Kirchner-Amado Boudou del entonces Frente para la Victoria fue diseñada por la candidata a Presidenta. En 2015, Cristina Kirchner definió el binomio Scioli-Zannini, sin concederle las primarias a su ministro de Transporte, Florencio Randazzo. El 18 de mayo de 2019, la Vicepresidenta sorprendió a todos con un video en el que anunciaba que secundaría a Alberto Fernández en la fórmula del Frente de Todos. La noticia sorprendió a Fernández dando clases en la Facultad de Derecho.
“Siempre es mejor que las internas las dirima la gente y no un dirigente a dedo”, dijo Lammens. Cobra fuerza, entonces, la promesa de Fernández hecha hace casi un año y medio: “que desde el último concejal al Presidente lo elijan en el Frente de Todos, compañeros”. El portal abierto, sin embargo, no tiene por ahora anotados formales dispuestos a cruzarlo.
En lo que va de enero, Alberto Fernández viene desplegando una intensa agenda con actos públicos y viajes a las provincias. Combina inauguraciones de obras públicas, con turismo y desarrollo social. Instaló una especie de comando (de campaña) en Chapadmalal. Mantuvo encuentros con el ministro Massa y el gobernador Kicillof.
El acto por día se complementa con un discurso apoyado en dos ejes muy claros: críticas enfocadas en Mauricio Macri y réplicas al fuego amigo. Fernández asegura que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional no implicó ejecutar un ajuste, mientras que el dirigente de La Cámpora, Andrés Larroque, afirma lo contrario. “Desde ya que hay una situación de ajuste producto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. En un Gobierno de coalición donde priman las decisiones del sector moderado es muy difícil avanzar”, criticó el jueves pasado.
Las chicanas cruzadas entre los leales al Presidente y sectores del kirchnerismo abonan la posibilidad de que haya internas presidenciales.
Algunos ven detrás del despliegue presidencial veraniego (esta semana suma agenda internacional con firma de acuerdo con Lula da Silva, la reunión de la CELAC y la visita días después del canciller alemán, Olaf Scholz) parte de un plan reeleccionista.
Un dirigente peronista cercano a la Casa Rosada, ofreció otra interpretación: “Se lance o no a la reelección, lo que no puede hacer Alberto es entregarse y convertirse en un cadáver político hasta el fin de su mandato. Conspiraría contra las chances de quien elija el oficialismo para competir”.
LOS PRESIDENCIABLES DEL FRENTE DE TODOS
Con Cristina Kirchner -por ahora- fuera del eventual menú electoral del oficialismo, con Máximo Kirchner ausente, desde el kirchnerismo no se advierten señales claras que destaquen a un presidenciable. El ministro Wado de Pedro también maneja una agenda de verano, pero no se ha mostrado distante de la Casa Rosada. Avaló el juicio político del Ejecutivo a la Corte Suprema. “Wado de Pedro es mi candidato”, dijo Juan Grabois, representante de un ala crítica del oficialismo.
Daniel Scioli es de acaso el único que expresó en público su deseo presidencialista. Aclaró que antes espera la decisión de Alberto Fernández, a quien, por lealtad, no enfrentaría en una interna. Mientras tanto, el embajador en Brasil no perdió el tiempo e hizo pretemporada electoral en Mar del Plata. Allí puso en práctica lo que llama “el test Bristol”. Scioli llega sin custodios, se mete al mar, camina por la playa, conversa con la gente que se le acerca. Así, dice, toma el pulso del ánimo social.
En el oficialismo algunos señalan a Juan Manzur como otro dirigente en vigilia. El jefe de Gabinete recorre el conurbano bonaerense. Manzur llegó al gabinete por recomendación de Cristina Kirchner. La agenda con las provincias, en el exterior y con sectores empresarios que impulsó el año pasado, habilitó las especulaciones sobre una candidatura presidencial.
Gabriel Katopodis, otro ministro del gabinete original, acaba de destacar a Sergio Massa como “uno de los grandes dirigentes que tiene el peronismo”. Lammens opinó que Massa puede perfectamente competir en las PASO. Ve argumentos para esa candidatura: “Podría mostrar a la sociedad que tiene capacidad para resolver la cuestión más complicada del país, que es la inflación”. La parte más grande de la CGT también se siente cómoda con Massa. Y muy incómoda con todo lo que sea kirchnerista.
Cristina Kirchner reapareció el viernes pasado con unos tuits críticos de la justicia. Convocó a “despabilarse” ante la “mafia mediática-judicial”. Antes de fin de año había arengado a los dirigentes peronistas a “tomar el bastón de mando”. Muchos kirchneristas esperan que la Vicepresidenta revea su decisión. Se habla de una multitudinaria marcha para el 24 de marzo como parte de un operativo clamor.
Fuente: La Voz