Al menos 19 personas -seis en Carolina del Norte, tres en Virginia y Pensilvania, dos en Nueva Jersey, y uno en Connecticut, Florida, Nueva York y Maryland– han perdido la vida a causa del huracán, la gran mayoría al caerles árboles o ramas de gran tamaño, según el sitio USA Today. Entre ellos figuran dos menores.
En una rueda de prensa para anunciar la llegada del huracán, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que había ordenado la evacuación obligatoria de las zonas por debajo del nivel del agua -que afecta a 370.000 personas- indicó que ya es demasiado tarde para obedecer esa orden.
«Se acabó el tiempo», indicó Bloomberg, quien instó en inglés y en español a quienes permanezcan en las zonas de peligro a quedarse en el interior de sus viviendas.
Con vientos máximos sostenidos de 130 kilómetros, Irene, es fue un huracán de categoría 1 en la escala de Saffir Simpson, de un máximo de cinco y se desplaza por la costa atlántica, informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU., en su boletín de la 01.00 GMT de hoy.
«Se pronostica que permanecerá como huracán al desplazarse cerca o sobre el centro de la costa atlántica y se aproxime a Nueva Inglaterra. Cuando toque tierra de nuevo se debilitará hasta convertirse en un ciclón post-tropical el domingo en la noche o el lunes», vaticinó el CNH.
A causa del temporal se formaron tornados en los estados de Delaware y Maryland.
El presidente Barack Obama, que había adelantado su regreso de vacaciones a causa del huracán, se desplazó este domingo al centro de operaciones de la Agencia Federal de Gestión de Desastres (FEMA) en Washington para recibir actualizaciones acerca del curso del ciclón y las medidas de prevención tomadas.
Obama, que mantuvo también dos conferencias telefónicas con los responsables de la respuesta al ciclón, indicó que «las próximas 72 horas van a ser muy largas» y señaló que las principales preocupaciones de las autoridades son «las inundaciones y los cortes de suministro eléctrico».
El transporte en la región noreste de EE.UU. está totalmente paralizado, y tanto los aeropuertos como el servicio ferroviario ha sido suspendido durante el fin de semana, lo que ha ocasionado la suspensión de más de 10.000 vuelos internacionales y nacionales.
El huracán emergió sobre las aguas del Atlántico después de azotar a Carolina del Norte con lluvias intensas, inundaciones y marejadas ciclónicas.
Este es el primer ciclón que impacta territorio estadounidense desde 2008 cuando «Ike» tocó tierra en Galveston, Texas.