POR FACUNDO GALLEGO, ESPECIAL PARA LA BANDA DIARIO
Viernes VI de Pascua
- Oración inicial
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Señor, te consagro hoy mi corazón y mi vida entera. Dame la luz del Espíritu Santo para que pueda comprender tu Palabra y ponerla en práctica en mi vida cotidiana. Amén.
- Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan (16,20-23)
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: “les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo. También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar. Aquél día no me harán más preguntas.”
Palabra del Señor
- Meditación
La tristeza es una parte esencial de la vida humana: todos tenemos nuestros momentos de angustia. Sin embargo, la actitud que tomamos frente a estos problemas es fundamental. Podemos entregarnos a la desesperación o cultivar la esperanza cristiana.
En los momentos de oscuridad, cuando nada nos parece claro, ni siquiera la presencia de Dios, es cuando más tenemos que guardar la paciencia y alimentar la virtud de la esperanza. Ella es el ánimo que Dios nos infunde para caminar hacia los bienes que la fe nos señala: la alegría cristiana, la gracia de Dios, los dones del Espíritu, la ayuda de los santos, la vida eterna… Dios mismo. A pesar de que el camino no esté señalizado y tenga baches por todos lados, la esperanza nos mantiene en pie, y nos levanta cuando caemos.
Nuestras dificultades pueden compararse a esa mujer que está por dar a luz: sabe que la felicidad de tener a su hijo en brazos está a unos esfuerzos de distancia, y elige sufrirlos con empeño y valentía, con tal de encontrar la luz que ilumine finalmente sus tinieblas.
José fue esclavo antes de ser príncipe de Egipto. Israel entero fue conducido por el desierto antes de entrar en la tierra prometida. Jesús fue crucificado antes de resucitar de entre los muertos… la noche engendra el día. Dios sacó todo de la nada. Al fin y al cabo, podemos decir con Santo Tomás: “Dios nos permitiría ningún mal si no fuera a sacar de él un bien”.
Que Dios nos regale poder alimentar la virtud de la esperanza, y que sepamos vislumbrar su mano actuando en nuestra vida, aún en medio de las crisis y dificultades.
- Comunión espiritual
Señor, creo firmemente en tu presencia real en la Eucaristía. Como no puedo recibirte sacramentalmente ahora, te pido que vengas espiritualmente a mi corazón. Alimenta en mí la esperanza y el deseo de poder comulgar pronto. No permitas nunca que mi corazón se aparte de tu Sagrado Corazón, y que la Virgen María me ayude a escucharte todos los días de mi vida. Amén.
- Oración final
Señor, gracias por este momento de oración. Concédeme la gracia de nunca perderte de vista, de dejar que ilumines y guíes mi vida. Bendice a toda tu Iglesia y al mundo entero. Ayuda con tu gracia a los científicos y gobernantes, para que avancen frente al coronavirus. Da la salud a los enfermos y el eterno descanso a los difuntos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.