
El ministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, Lin Chia-lung, acusó este miércoles a China de sobornar a países en vías de desarrollo, con el objetivo de conseguir su apoyo en lo que respecta a su reclamo por el control de la isla.


Pese a que esta técnica ha estado perdiendo su efectividad en el último tiempo, Lin advirtió que, igualmente, varios países han caído en la trampa de los diplomáticos chinos y han roto su relación con Taiwán, para acercarse más a Beijing.
Tal es el caso, por ejemplo, de las Islas Cook, en el Pacífico Sur, que en febrero firmaron un acuerdo mayormente secreto en el que se comprometieron a impulsar la cooperación con Beijing en asuntos como la extracción de minerales en el fondo marino.
La medida despertó polémica en Nueva Zelanda, su principal benefactor, y generó una ola de protestas en todo el país, en rechazo al avance chino sobre el territorio.

También, las Islas Salomón rompieron sus lazos con Taiwán y asumieron, por el contrario, un vínculo diplomático formal con el gigante asiático, a lo que le siguió la firma de otro entendimiento secreto de seguridad. Nuevamente, se presentaron objeciones al interior del arco político y la opinión pública, aunque no fueron suficientes para revertir la medida.
Más recientemente, Somalia anunció que dejará de aceptar visitantes o pasajeros taiwaneses en tránsito por su país y Sudáfrica solicitó a la isla que mude su oficina de representación no oficial de la capital, Pretoria, a Ciudad del Cabo.
Estados Unidos, en tanto, es un caso excepcional, explicó Lin, ya que a pesar de mantener relaciones no oficiales con Taiwán aún se posiciona como su principal aliado y proveedor de apoyo económico y militar.
A la luz de esta información, el Ministro apuntó que “no debemos permitir que China consiga lo que quiere utilizando la guerra legal para hacer de la cuestión de Taiwán su asunto interno”, señalando también que esta presión influye en otros aspectos clave, como lo es la exclusión de la isla de la ONU y otros foros internacionales.

El reclamo de China por el control de Taiwán data de 1949, cuando los comunistas se asentaron en la isla después de la Revolución.
Desde entonces, Beijing ha estado intentando recuperar su dominio, incluso basándose en la resolución de Naciones Unidas de 1971 que le otorgó un asiento en el Consejo de Seguridad sin hacer mención a la representación autónoma de Taiwán, lo que -a sus ojos- sugiere que solo existe una China indivisible.
(Con información de AP)
Fuente Infobae