Tras la carrera de Rusia, las autoridades de las escuderías hermanas dieron la noticia: Max Verstappen pasaba a Red Bull y Daniil Kvyat descendía a Toro Rosso. Una semana después el holandés llevó al equipo a la primera victoria del año y la única desde 2014.
Con 18 años, 7 meses y 15 días, el piloto se convirtió en el más joven en ganar una carrera de Fórmula 1, ya tenía el galardón de ser el debutante de menor edad con 17 años y 166 años.
Pero la carrera del holandés está llena de polémica. Hijo de dos corredores, su madre Sophie Kumpen fue kartista y su padre Jos disputó más de 100 GP entre 1994 y 2003, Max llegó a la F1 con escasa experiencia.
Desde los 4 años y hasta los 16, compitió en karting, en 2014 corrió 47 pruebas en Fórmula 3, de las que ganó 15 y de allí saltó a la máxima categoría, impulsado por su padre y algunos millones que garantizaba su imagen, sin tener licencia de conducir.
Cuando llegó a Toro Rosso sorprendió a sus compañeros, Sainz, Vergne, Kvyat, todos hicieron años de desarrollo en la academia del equipo y Verstappen de un día para otro conseguía un asiento en un monoplaza de Fórmula 1.
Tras el incidente entre Kvyat y Sebastian Vettel, el equipo cambió los pilotos, algo inédito en la historia de la categoría. «Está donde tiene que estar. A partir de ahora seré sólo su padre», dijo su Jos.
Para que Max llegara a Red Bull también fue importante el abogado austríaco Helmut Marko, cazador de talentos de la escudería, quien presionó para que se tomara la medida. El equipo, con este enroque y más con la victoria, se garantiza gran visibilidad por tratarse del piloto más joven de la historia.
Verstappen no es lo que se dice un chico querido, con mucho talento pero sin grandes logros es mirado de reojo por sus rivales. Su ex compañero de equipo Carlos Sainz se quejó de que el holandés no respetaba las órdenes del equipo.
«Este año me han pedido que dejara pasar a Max tres veces y lo he hecho las tres. A él también se lo han pedido tres veces y no lo ha hecho ninguna de las tres», explicó el español. A pesar de ser muy severo con los actos rebeldes, Marko sostuvo que no había hecho nada mal.
Poco después de su debut, Verstappen comenzó con las quejas a la FIA, sobre todo por prohibir el uso de la radio, lo que lo perjudicó en su lucha con Sainz en el Gran Premio de Australia.
