Las miradas ahora están puestas en la reunión de bloque del PJ de esta tarde, pasadas las 18. Después del duro mensaje de ayer de Mauricio Macri, que apeló a la figura de Cristina Kirchner para embarrar la cancha y presionar al peronismo no K en el Senado, el Gobierno continuó a contrarreloj con las negociaciones con los gobernadores y algunos senadores, a pesar de que en el entorno del Presidente reconocen que en la sesión convocada para mañana el oficialismo se encamina hacia una casi segura derrota.
Durante la tarde de ayer, y aún con la ausencia de Marcos Peña, que volvió de Cuba en estas horas para la reunión quincenal de gabinete, en algunos de los principales despachos de Casa Rosada daban cuenta de los votos en la Cámara alta en relación al proyecto que retrotrae los aumentos de tarifas, y que tuvo media sanción de Diputados hace poco más de tres semanas.
Luego del encuentro con los ministros de esta mañana en Casa Rosada, Peña aseguró: «Seguimos negociando hasta último momento, vamos a conversar con todos los senadores, lo importante es que seamos respetuosos y que demos un mensaje que subestime a la gente«.
El Gobierno se interesó especialmente en los últimos días en Rodolfo Urtubey, Dalmacio Mera, Guillermo Snopek y Carlos Espínola, los cuatro senadores que la semana pasada disidieron con el dictamen de mayoría. Mera, incluso, planteó durante el fin de semana en declaraciones a medios provinciales que «el proyecto opositor de las tarifas no beneficia a Catamarca».
Hasta última hora de ayer, sin embargo, Mera no tenía definido su voto. Igual que Urtubey, el hermano del gobernador de Salta que la semana pasada visitó el despacho de Macri con un proyecto alternativo de rebaja del IVA para forzar una salida negociada.
Tanto el catamarqueño como el salteño avisaron que se definirían esta tarde en la reunión de bloque. Pero el mensaje grabado de ayer del jefe de Estado, que los acusó de ser conducidos por «las locuras de Cristina Fernández de Kirchner», podría inclinar la balanza en contra de los deseos de la Casa Rosada. «Es difícil que voten solos, partidos del bloque», aseguraron esta mañana fuentes parlamentarias. Snopek y «Camau» Espínola ya declararon en sus provincias que van a acompañar la media sanción de Diputados.
Después del monólogo del jefe de Estado de ayer al mediodía, desde el PJ revolearon, molestos, una encuesta de Hugo Haime recién terminada. Con un número que azuza el malhumor oficial por el seguro veto que aplicará el Presidente en caso de que la Cámara alta finalmente le dé sanción definitiva a la emergencia tarifaria. Según el sondeo, el 88% de los consultados desaprueba que Macri vete la ley.
En ese sentido, el discurso oficial de ayer estuvo dirigido casi exclusivamente al senador Miguel Ángel Pichetto. Macri está furioso con él. Cree que detrás del rionegrino está la figura de Sergio Massa. «Creen que Pichetto hace lo que yo le digo, me enorgullece», se divertía ayer en privado el líder del Frente Renovador, según sus asesores.
Mientras Presidencia comunicaba el mensaje de Macri, corrían versiones de un supuesto almuerzo entre María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y el ex intendente de Tigre, en una parrilla a algunas cuadras de Casa Rosada, al final desmentido por el entorno de los tres dirigentes. Esta mañana, el jefe de Gobierno porteño inauguró la renovada Plaza de Mayo, lindante a las oficinas en las que trabaja el Presidente, sin la presencia del Presidente.
Ayer, el Gobierno jugó su última carta. Básica, según describen en algunos despachos del Senado: con el partido casi perdido, buscó compartir el costo político del veto presidencial con la oposición. «Que ellos (el PJ) paguen su parte del costo», decían ayer después del discurso en el entorno de Macri.
El enojo del Presidente con Pichetto marca un cambio de época. Hasta ahora, la Casa Rosada no había podido tildar de irracional al senador que, desde la asunción de Cambiemos, acompañó proyectos clave como la salida del cepo, las reformas previsional y tributaria y el blanqueo impositivo.
En las últimas horas sobrevolaba además en despachos oficiales una pesimista inquietud respecto al peso de los gobernadores sobre sus diputados y senadores. Es, por ejemplo, el caso de Juan Schiaretti, que en público se pronunció contra el proyecto opositor y cuya mujer, la diputada Alejandra Vigo, votó a favor de la media sanción de emergencia tarifaria.
Es uno de los análisis que se contemplaría esta mañana en la tradicional reunión de coordinación de Gobierno. Con la presencia del ex senador Ernesto Sanz, una de las promocionadas vueltas de la Casa Rosada.
Buena parte de la posición del jefe del PJ no K en la Cámara alta, que hasta no hace mucho almorzó con Macri en su despacho, está alimentada por los cortocircuitos en la coalición de gobierno. «No podes ser más oficialista que los miembros de la propia coalición», explicaban ayer cerca del senador. «(Alfredo) Cornejo pidió la renuncia de (Juan José) Aranguren, el radicalismo critica la venta de Transener, ¿y el peronismo es irresponsable?», se preguntaban, con ironía.
Es parte del menú que se analiza en la mesa de negociaciones de cara al super-miércoles de mañana. En vísperas, hasta ahora, de una derrota cantada.
Federico Mayol/Infobae