Ted Cruz se bajó de la carrera y Donald Trump quedó a un paso de la candidatura republicana

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El aspirante republicano Donald Trump destrozó con su victoria en las primarias de Indiana de este martes las esperanzas del senador Ted Cruz de llegar a la convención de partido, donde se decidirá quién es el candidato presidencial para las elecciones de noviembre, sin una mayoría de delegados.

Cruz anunció su retiro de la carrera por la presidencia tras conocerse la abrumadora victoria de Trump en Indiana, y con ello deja libre el camino del magnate a la nominación, la cual el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, dio por hecho en un tuit en el que llamó a Trump el «nominado oficioso» y pedía centrar los esfuerzos en ganar las elecciones generales: «Donald Trump será probablemente el nominado, todos debemos unirnos y concentrarnos en derrotar a Hillary Clinton».

El multimillonario habló frente a sus seguidores con la mente puesta en su siguiente rival, que saldrá de la interna demócrata y sería la ex secretaria de Estado. «Vamos por Hillary Clinton. Ella no sería una gran presidente, sería la peor presidente», opinó Trump, rodeado por su esposa y sus hijos. «Vamos a ganar en noviembre. Vamos a ganar por mucho», agregó

Indiana era la última esperanza de Cruz de ganar, apoyado en votantes del Medio Oeste, donde el senador ha conseguido importantes victorias como Iowa. Pero fue Trump el que se llevó los 30 delegados que se adjudicaban al ganador a nivel estatal y será quien se lleve la gran mayoría de los otros 27 que se reparten en cada condado.

Solo queda por el momento en la carrera republicana el gobernador de Ohio, John Kasich, quien no da señales de querer retirarse, pese a no tener ninguna posibilidad de detener a Trumpantes de la Convención Republicana de julio.

Por primera vez, el multimillonario superó el millar de delegados y se queda a menos de 200 delegados para proclamarse candidato automático de las primarias republicanas, después de haber sorprendido a todo los analistas que no le daban más de varias semanas de vida en esta carrera hacia la Casa Blanca.

Por el camino han quedado el exgoberndor de Florida Jeb Bush, el senador de Florida, Marco Rubio, y ahora el senador texano Ted Cruz, quien había organizado una de las mejores campañas políticas de 2016 y que, pese a todo, no pudo contra el tono ofensivo y simplista de Trump.

El magnate llegará a la Convención Republicana de Cleveland (Ohio) de mediados de julio encumbrado por votantes desencantados con el sistema político tradicional y que han dado la espaldas a candidatos del llamado «establishment» de una manera que pocos analista políticos había conseguido prever. El discurso populista y anti-inmigrante de Trump le ha quitado el velo a un grupo de votantes estadounidense que culpan a la globalización, a China o México, y a la falta de mano dura del presidente demócrata Barack Obama del cambio de paradigma económico y de mermada hegemonía estadounidense.

La maestría de Trump para monopolizar el discurso político, no solo en la televisión, sino en las redes sociales, puso a Cruz a la defensiva en la semana previa a las primarias de Indiana, que se sucedían tras otra ronda de votaciones en el noreste donde Trump se había impuesto de forma abrumadora.

Trump utilizó esa postura de fuerza para posicionarse como el ganador oficioso del proceso de primarias republicanas, pese a que no lo es matemáticamente, e inició una nueva campaña de ataques contra Cruz que culminó con la extensión del rumor de que su padre, Rafael Cruz, estuvo relacionado con Lee Harvey-Oswald, el asesino del presidente John Fitzgerald Kennedy. Trump aireó una supuesta exclusiva del periódico sensacionalista y de malísima reputación National Enquirer, el mismo que Trump utilizó para asegurar que Cruz había sido infiel a sus esposa con cinco amantes diferentes, una de ellas, según se sospecha en los círculos de Washington, Katrina Pierson, una de las responsables de campaña de Trump.

En esta ocasión el magnate republicano se hizo eco del artículo del Enquirer que asegura que Rafael Cruz es el misterioso acompañante de Oswald en una de las fotografías del magnicida incluidas en el informe Warren del Congreso estadounidense, realizado para investigar la muerte de Kennedy en 1963.

El rumor llevaba varios días circulando, pero fue Trump el que lo sacó hoy, el mismo día de las primarias de Indiana, a relucir de nuevo. Trump conoce la atracción de un sector del electorado republicano a las teorías conspiratorias, algo que, pese al desmentido contundente de Cruz y su reiterado mensaje de que «Indiana es lo único que nos separa del abismo» no sirvió sino para sumir a su campaña en el caos.

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