El presidente Michel Temer admitió este martes que a los brasileños les esperan más «sacrificios» frente a los programas de ajuste que impulsa su gobierno y dijo que la enmienda constitucional que acaban de aprobar los diputados para congelar por 20 años el gasto público convertirá a Brasil en un «país serio».
Temer logró el lunes a la noche su mayor victoria política desde su llegada al poder, al lograr una primera votación de 366 a 111 en diputados a favor de una enmienda que incorpora a la Constitución el concepto de techo presupuestario hasta 2037.
«Esto ha generado y generará una credibilidad cada vez mayor en nuestra economía. Escuché manifestaciones a nivel nacional e internacional que revelan que Brasil es un país serio, que cuida sus cuentas públicas. Ahora…¿habrá sacrificio? Es posible, en todos lados, aquí y allá, pero lo importante es que todos deberemos colaborar», dijo Temer.
El presidente habló en un acto ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) que lo tiene como investigado sobre el origen de las donaciones de la fórmula que integró como vicepresidente de Dilma Rousseff en 2010 y 2014, en una denuncia hecha por su actual socio, el PSDB del canciller José Serra.
La Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) 241 enviada por Temer al Congreso demostró la fortaleza del gobierno frente a la segunda vuelta de esta votación de un porte constitucional que se hará en la última semana del mes y luego, si es aprobada, será enviada al Senado.
Temer negó las críticas de la oposición y de técnicos de la presidencia y el Senado -además de la Fundación Getulio Vargas y otros especialistas no gubernamentales- que indican que el techo presupuestario congelará las áreas de salud y educación.
«Se ha puesto un techo al presupuesto, pero dentro de eso se discutirá con el Congreso todo lo que allí adentro se encuentre, claro que educación y salud», dijo Temer.
En una entrevista a la radio CBN, el gobernante del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB) adelantó que su segundo paso en el ajuste será la reforma jubilatoria, que probablemente deje afuera a los militares «porque tienen un régimen de trabajo diferenciado».
«La población brasileña aumentará y sus necesidades también y los gastos serán congelados por 20 años apenas ajustado por la inflación del año anterior. Es también una estrategia para abandonar la política de valorización del salario mínimo que rigió durante los 13 años del Partido de los Trabajadores (PT)», criticó Vagner Freitas, presidente de la Central Única de Trabajadores, la mayor central sindical del país.
La enmienda a la Constitución de 1988, según el líder sindical, es una avance «del gobierno golpista sobre el rol del Estado en los servicios públicos para entregarlos a la iniciativa privada».
El jefe de gabinete del gobierno de Temer, Eliseu Padilha, ratificó que con el avance de la enmienda constitucional no habrá un aumento de impuestos a las transacciones financieras, como proyectaba hacer para reducir el déficit fiscal la ex presidenta Rousseff, una propuesta que obtuvo el rechazo de las centrales empresariales, como la federación industrial paulista, Fiesp.
Un estudio del Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA), de la Presidencia de la República, indicó la enmienda causará daños al sistema único de salud, con pérdidas de unos 250.000 millones de dólares si se toma el cálculo que aplicará el gobierno de Temer.
Eso significa, según Bernardo Mello Franco, columnista de Folha de Sao Paulo, que el IPEA calculó que el presupuesto de salud se mantuvo en los últimos quince años estable (con 1,7% del PIB) pero se reducirá al 1% con la enmienda constitucional ya que no habrá espacio para ningún tipo de déficit o acción reparadora.
Según el estudio del propio instituto del gobierno, la población de la tercera edad aumentará del 12,1% a 21,5% en las próximas dos décadas aumentando la presión sobre el Sistema Único de Salud (SUS), la red universal pública y gratuita gestionada por estados y municipios.
«Están queriendo decir que quien es contra el techo de gastos es contra Brasil. Esto no es lucha partidaria, es en defensa de la salud pública», dijo el presidente del Consejo de Secretarías Municipales de Salud, Mauro Junqueira, quien es secretario de Salud del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal aliado de Temer, en la ciudad de Sao Lourenço, estado de Minas Gerais.
Fuente: Telam