Temer y la oposición se acercan al número mágico para derrocar a Dilma vía juicio político

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Lula da Silva en las redes sociales y el bloque de diputados del Partido de los Trabajadores y el Abogado General de la Unión, José Cardozo, en el Congreso, advirtieron que el juicio político es un «golpe de Estado» y que Temer no podrá por falta de legitimidad crear un nuevo gobierno.

La oposición, liderada por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, aliado de Temer, está comenzando a cantar victoria porque todos los sondeos -de Folha de Sao Paulo y Estado de Sao Paulo- indican que tendrán los dos tercios de la Cámara baja, 342 votos, para aprobar y elevar al Senado la acusación contra Rousseff.

El ex ministro de Justicia Miguel Reale Junior, coautor del pedido de impeachment por violación a la ley fiscal, acusó a Rousseff de haber «quebrado el país» con «el ocultamiento de las cuentas públicas», a la vez que Cardozo sostuvo que que las medidas fueron decretos que distribuyeron recursos en el presupuesto como hacen todas las administraciones desde los años 90.

La sesión comenzó con la venia del Supremo Tribunal Federal que rechazó la nulidad del proceso pedida por Rousseff, pero el titular de la corte, Ricardo Lewandowski, dijo que «está abierta la puerta» para revisar si la decisión del domingo será legítima.

El vicepresidente Temer, en la residencia oficial Palacio de Jabutí, es el hombre más visitado de Brasil: en la noche del jueves ofreció una cena para Diputados que festejaron por anticipado.

Según dijo una fuente del PMDB a Télam, los representantes del influyente bloque evangelista de la Cámara de Diputados -al que pertence Cunha- le dedicaron, con la presencia de pastores, una oración para que los integre dentro de un eventual gabinete en caso de que caiga Rousseff.

El gobierno apuesta a todas las estrategias en conjunto para evitar una sangría de votos, luego de que el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), el Partido Progresista (PP) y el Republicano Brasileño (PRB) decidieron salir de la base de sustentación y votar por el juicio político.

El gobierno debe evitar que 342 voten contra Dilma o bloquear con más de 172 a favor de la presidenta.

Si el proceso es aprobado, en diez días llegará al Senado, que por mayoría simple debe aceptar el informe acusatorio y si le da curso, Rousseff debe ser apartada del cargo por 180 días y dejarle el lugar a Temer para luego esperar el juzgamiento fuera del gobierno.

En paralelo al inicio de la sesión, en los estados de San Pablo, Bahía, Pernambuco y Rio Grande do Sul militantes de movimientos sociales pro-Dilma cortaron carreteras y avenidas quemando neumáticos contra el «golpe».

La sesión de hoy le dio espacio de una hora a cada bloque (en el que hablaron todos los disputados que quisieron) y se espera que termine mañana, para que luego se posicionen oficialmente los jefes de los 25 partidos representados.

Fue clave la posición de lo que se creía era un resquicio oficialista del PMDB.

Los diputados del PMDB participaron hoy en la primera de tres sesiones del pleno de la Cámara baja y se unieron en un coro crítico para exigir su destitución.

En este primer debate, el jefe del grupo del PMDB, Leonardo Picciani, dijo que «personalmente» se opone al proceso, pero que la disciplina partidaria «se impone» y que el 90 % de los diputados de esa formación está a favor.

«De ese modo, por decisión del partido, recomendamos votar a favor del ‘impeachment’ (proceso de destitución)», declaró Picciani, quien había prometido lealtad a Rousseff pero se inclinó por destituirla.

Pese a que el ex presidente Lula comunicó vía YouTube que no cree en derrota y que el lunes habrá en Brasil un nuevo pacto de gobierno, el diputado del PT José Geraldo, durante su discurso, prácticamente aceptó un resultado perdidoso.

«Será el peor domingo de mi vida, porque estaremos en un proceso ilegal e inmoral, que nace sucio, que es una vergüenza jurídica», declaró el legislador ante un Congreso casi vacío, porque la oposición, por orden de Cunha, se retiró del recinto para dejar al PT hablando en soledad.

Cunha, quien será el números dos del país en caso de que venza la batalla parlamentaria, está procesado por recibir sobornos de empresas a cambio de contratos con empresas estatales. Su situación quedó más evidente luego de un empresario confesara a la justicia que le pagó casi 5 millones de dólares en 36 cuotas en Suiza, por un contrato obtenido una una obra del puerto de Rio de Janeiro.

La presidenta Dilma, que acusa a la dupla Temer-Cunha de ser los jefes de la conspiración, fue defendida por Lula en su último intento por sensibilizar a los indecisos.

Lula afirmó hoy que está confiado en que el juicio político «no será aprobado» en la Cámara de Diputados porque lo único que hará es «agravar la crisis» y colocar a un gobernante «sin legitimidad del voto popular», en un mensaje que busca alertar sobre un ataque a la democracia de los legisladores.

«Quien traiciona un compromiso sellado en las urnas no va a sustentar acuerdos hechos en las sombras», dijo Lula en clara referencia al vicepresidente Temer.

Lula, cuya asunción como jefe de gabinete está suspendida en la justicia, dijo que el lunes se dedicará a usar su experiencia «para que Brasil tenga un nuevo modo de gobernar» y superar la crisis.

La comunidad internacional «sabe que lo está ocurriendo en Brasil es un golpe», dijo, en línea con el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, quien en su Twitter declaró que Rousseff no es acusada de ningún delito.

Antes de visitar a Rousseff en el Palacio del Planalto, cita interpretada como una advertencia a Temer y la oposición, Almagro escribió: «Preocupado con la credibilidad de algunos de aquellos que juzgarán y decidirán el proceso» contra la presidenta de Brasil.

Fuente: Telam

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