Así como en su momento las detenciones del empresario Lázaro Báez y los ex funcionarios José López y Ricardo Jaime fueron un problema de seguridad penitenciaria para el gobierno de Mauricio Macri, la del ex jefe del Ejército del kichnerismo César Milani duplica las preocupaciones.
Las autoridades del Ministerio de Justicia de la Nación y del Servicio Penitenciario Federal buscan un lugar seguro y adecuado a Milani, quien hoy llegó a Buenos Aires desde La Rioja, donde quedó preso hace un mes en una causa por delitos de lesa humanidad.
Quienes trabajan en el caso le dijeron a Infobae que la situación es tan compleja que hablan de «una ingeniería» para encontrarle un lugar a detención. Los problemas son varios.
El lugar de detención natural de Milani es alguno de los pabellones para presos por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar que hay en varias cárceles federales.
Los más conocidos son el de la cárcel de Marcos Paz –donde están presos Alfredo Astiz y Jorge «El Tigre» Acosta, entre otros– y la unidad 34 de Campo de Mayo, una guarnición militar que se hizo una suerte de cárcel, pero con mejores instalaciones y en un entorno castrense al que todos quieren ir, para alojar represores. Esa dependencia fue cerrada durante el kirchnerismo y reabierta el año pasada por el gobierno de Macri para recibir nuevamente presos, a pesar del rechazo de algunos jueces.
Pero tanto en el Ministerio de Justicia como en el Servicio Penitenciario Federal (SPF) decidieron que Milani no estará alojado en ninguna de esas dependencias. «Fue el jefe del Ejercito del kichnerismo y los militares culpan a ese gobierno de impulsar sus detenciones. Creemos que pueden atentar contra su vida. No queremos arriesgarnos a tener ningún problema», le dijo a este medio una fuente que trabaja en el caso.
¿Puede haber problemas? Las autoridades recibieron un informe de inteligencia del SPF que recomendó que Milani no esté alojado ni en Marcos Paz ni en Campo de Mayo porque tienen información que los presos alojados allí ya hicieron saber su descontento con esa posibilidad.
Infobae preguntó si presos de más de 70 años –con las debilidades físicas propias de esa edad– y problemas de salud pueden atentar contra la vida de Milani. Un funcionario del gobierno nacional contestó: «Hay gente que sí está en condiciones. Casi todos tiene cadena perpetua, ¿que pierden? Pero además no solo tenemos miedo por los presos. No podemos descartar que haya un encargo o que alguien haga la vista gorda. El clima va a ser hostil. No tiene sentido que nos arriesguemos».
Hay más pabellones de lesa humanidad en otras cárceles que podrían ser una alternativa. De hecho, el juez federal de La Rioja que detuvo a Milani, Daniel Herrera Piedrabuena, ordenó que quede preso en la Unidad 31. Es la cárcel de Ezeiza donde están presas mujeres embarazadas o con hijos de hasta cuatro años. En el fondo del complejo se construyó un pabellón de lesa humanidad cuando fue cerrado Campo de Mayo.
Otro problema es que Milani no puede estar con presos comunes, solo con miembros de fuerza de seguridad. Así lo determina desde hace años una resolución del SPF para clasificar a los internos. Por cuestiones de seguridad y para evitar problemas, los civiles y los de fuerza de seguridad no se mezclan. Por eso los segundos tiene pabellones especiales.
La solución definitiva, dicen en el SPF, llegará la semana que viene. Quienes trabajan en el tema son Juan Mahiques, subsecretario de Relaciones con el Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia, y Emiliano Blanco, titular del Servicio.
Hasta que eso ocurra, Milani quedará alojado en el Hospital Penitenciario Central (HPC). Allí llegó hoy y estará por lo menos tres días donde le harán estudios médicos y una evaluación inicial de riesgos para determinar si es un peligro para sí o para terceros.
El ex jefe del Ejército de Cristina Kirchner llegó a Buenos Aires desde La Rioja, donde estuvo detenido en una cárcel provincial y el juez Herrera Piedrabuena ordenó su traslado a una cárcel federal.
Milani primero fue trasladado a la alcaidía del Palacio de Tribunales donde le tomaron sus datos personales y las huellas dactilares para hacerle el ingreso formal al servicio penitenciario. Desde allí fue llevado a Ezeiza.
Milani está preso desde el 17 de febrero pasado luego de declarar en indagatoria por el secuestro de dos personas y la detención ilegal de otra en 1977, durante la última dictadura militar, cuando era miembro del batallón de ingenieros de La Rioja.
Además, el ex jefe del Ejército está procesado en dos causas penales: una por encubrimiento y falsedad ideológica en la desaparición en Tucumán del soldado Alberto Agapito Ledo y la segunda por presunto enriquecimiento ilícita de su casa en la localidad bonaerense de San Isidro.
