La aceleración de la inflación, la devaluación, y la retracción en el mercado laboral tendrán una correlato negativo en la pobreza. Así surge de una proyección realizada por el director del Observatorio de la deuda Social de la Universidad Católica Argentina, Agustín Salvia.
De confirmarse la tendencia, un aumento de la pobreza tendrá un impacto político. Es que el presidente Mauricio Macri fijó como uno de sus lineamientos principales de Gobierno el ambicioso objetivo de «Pobreza 0» y solicitó que lo juzguen en virtud de los avances y retrocesos que logre su gestión en este aspecto.
De hecho, a fines de marzo de este año el jefe de Estado encabezó el anuncio de los datos oficiales del Indec que arrojaron una fuerte reducción del índice, de 30,3% a 25,7 por ciento. Sin embargo, a partir de esa fecha todo cambió. Se inició una corrida contra el peso que llevó el valor del dólar a los $25 y se alteraron todas las estimaciones del Presupuesto que se había votado pocos meses atrás.
También se modificó sensiblemente la estimación de inflación. El Poder Ejecutivo había fijado a fines del año pasado una meta de 15 por ciento que se vio largamente superada. Según los últimos informes que recibe el Banco Central, esa pauta se encuentra por encima del 27. Y los privados hablan que podría superar incluso el 30.
– ¿Qué puede llegar a suceder con la pobreza en virtud de las últimas turbulencias económicas y financieras?
La tendencia a la mejora que se había observado en el segundo semestre de 2017 se vio paralizada con ya un rebote inflacionario en el tercer trimestre, tras la devaluación de diciembre, y un proceso de estancamiento en el el sector informal de la economía. Esto se vio agravado con una nueva devaluación del mes pasado, también con efecto en la inflación, y el aumento de tarifas. Todas las evidencias demuestran que va aumentar la pobreza en forma no explosiva pero sí importante. Las mejores obtenidas en 2017 con respecto a 2016 estarían teniendo algún nivel de marcha atrás.
– ¿Qué impacta más en el nivel de pobreza: la devaluación o la inflación?
Es un combo. Los hogares tienen para salir o entrar en situación de pobreza dos variables fundamentales y una variable de contexto. Una variable fundamental es la cantidad de perceptores de ingresos que pueda tener el hogar. Un hogar, manteniendo constante otros factores, sale de la pobreza si tiene más perceptores de ingreso o entra en la pobreza si tiene menos perceptores de ingreso. Y en este momento, en ese factor, no está habiendo crecimiento de empleo, fundamentalmente en hogares pobres. De hecho se están reduciendo las horas de trabajo de quienes hacen changas.
El segundo factor es cuánto mejor el ingreso por perceptor, es decir, que le paguen más a quien está trabajando o aumente sus horas de ingresos y su poder adquisitivo mejora. Hoy está pasando todo lo contrario: los salarios no están aumentando o lo hacen por abajo de la inflación. Hoy sucede todo lo contrario.
– En términos comunicaciones hay un desafío para el Presidente, quien pidió que lo juzguen por su lucha contra la pobreza.
Yo creo que tiene un fuerte desafío comunicacional en cuanto a que teníamos un año bastante bueno en términos de recuperación económica y había como un triunfalismo muy importante en el contexto de las elecciones de medio término con la caída de la pobreza… Y este año ni los planes en materia presupuestaria se van a cumplir, tampoco en materia inflacionaria.
Un dólar a 18, 20 pesos ya no existe, una tasa de crecimiento de 3 o 4 por ciento tampoco, tampoco se está generando el proceso de ahorro fiscal… Y una inflación que podría haber sido de 15, de 18, tampoco la alcanzaremos. Si se trata de promesas que fija el presupuesto de un país o de un gobierno para el año en curso, está en claro que los supuestos que estaban en el Presupuesto es una ficción.
Los desafíos comunicaciones son bastantes. Es como si tuviese que desensillar y dar de nuevo o hacer una revisión crítica. El otro tema que mueve a la sociedad argentina es profundizar la grieta. En cuanto se profundiza la grieta, muchos de esos problemas empiezan a volatilizarse, a perder agenda frente al conflicto político ideológico entre facciones políticas y sociales.
– ¿Usted cree que hubo un exceso de confianza en el Gobierno?
Es uno de los factores que podrían explicar esta crisis, que podría haber sido por lo menos prevenida. El costo que estamos sufriendo como sociedad en materia inflacionaria, porque es un impuesto la inflación, quienes más lo sufren son los sectores más pobres, más vulnerables. Se apostó con mucha confianza a un proceso, como en el primer año de gobierno, cuando se apostó a que venían las inversiones y no iba a hacer falta el endeudamiento externo.. Inversiones productivas que no vinieron en la magnitud que se esperaba. Se suponía que estaba la luz al final del túnel y hubo que esperar un año y medio.
Desde el punto de vista político, la oposición ha sido bastante civilizada en materia de mantener niveles de gobernabilidad y confianza que en otros contextos políticos, históricos, hubiese sido muy desgastante, de mucho deterioro para un gobierno después que sus promesas no se cumplieran sistemáticamente. Por mucho que el gobierno criticara a sectores de la oposición, yo creo que ha sido bastante civilizada en materia democrática. El propio sindicalismo lo ha sido en mantener relativa paz social en un contexto que claramente no ha sido afortunado en materia de promesas, expectativas creadas y realizaciones alcanzadas.
Creo que cuadra un momento de mayor realismo y mayor diálogo político para llevar adelante un proyecto de país que a esta altura ya no debate cómo salir de la pobreza, sino cómo no la agravamos.
– ¿Cuándo se publica el próximo informe del Observatorio de la deuda Social de la UCA?
Nosotros estamos midiendo ahora, empezamos esta semana, y los primeros resultados de este año más de un centenar de indicadores se van a conocer en noviembre.