Las autoridades estadounidenses confirmaron al menos 26 muertes en ocho estados debido a esta rara tormenta que azota el país desde la noche del miércoles. Algunas ocurrieron en carreteras, muy peligrosas por el suelo congelado y la poca visibilidad.
Medios estadounidenses informaron hasta 30 muertes relacionadas con las tormentas, incluidas cuatro en Colorado y al menos siete en el oeste de Nueva York.
«Tenemos siete muertes confirmadas en este momento como resultado de la tormenta en el condado de Erie. Puede haber más», dijo Poloncarz a los periodistas. «Hay personas atrapadas en sus autos desde hace más de dos días y otras en casas con temperaturas bajo cero», advirtió.
Aún se esperaba que cayeran entre 30 y 60 centímetros de nieve durante la noche del domingo, según el último boletín del Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés).
La prohibición de viajar en esta región rige desde el viernes, pero cientos de personas aún se encontraban varadas en sus vehículos.
Para rescatarlos, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, desplegó la Guardia Nacional en el condado de Erie y en Buffalo, donde los servicios de emergencia estaban prácticamente paralizados.
La electricidad tampoco se restablecerá por completo en la ciudad de Buffalo antes de mañana, advirtió Poloncarz, y pidió a los residentes que no abandonaran sus hogares porque las rutas permanecen intransitables.
«Los vientos son tan fuertes» que la nieve forma como «dunas de arena», es una «locura», dijo el sábado a la AFP Ali Lawson, de 34 años, que vive en Buffalo desde hace ocho años.
Casi 1,7 millones de clientes en todo el país llegaron a quedarse sin electricidad el fin de semana, de acuerdo con el sitio Poweroutage.us. Unos 153.000 abonados seguían este domingo por la tarde sin energía eléctrica
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Los estados más afectados eran Maine, Nueva York, Virginia, Washington y Vermont
El NWS dijo que las temperaturas en el centro y este de Estados Unidos deberían volver «a las normas estacionales a mediados de la próxima semana».
Desde la tarde del viernes, la tormenta se convirtió en una «bomba de baja presión»: un choque entre dos masas de aire, una muy fría del Ártico y otra tropical del Golfo de México.
Las bombas de baja presión pueden producir fuertes lluvias o nevadas, inundaciones costeras y vientos huracanados.
El tráfico aéreo estaba mejorando gradualmente con casi 1.500 vuelos cancelados hoy, frente a los más de 3.400 del día anterior, según el sitio de seguimiento FlightAware.com.
La autoridad de aviación estadounidense, la FAA, «espera que las interrupciones más extremas hayan quedado atrás», tuiteó el sábado el secretario de Transporte estadounidense, Pete Buttigieg.
Para muchos viajeros la pesadilla continuaba en los aeropuertos de Atlanta, Chicago, Denver, Detroit, Minneapolis y Nueva York.
El hielo en las carreteras también llevó al cierre temporal de algunas de las rutas más concurridas del país, incluida la Interestatal 70, que atraviesa buena parte de Estados Unidos de este a oeste.
Ciudades como Denver o Chicago abrieron refugios para acomodar a las personas sin hogar y protegerlas del riesgo de hipotermia.
Canadá también estaba afectado por la tormenta y todas las provincias tenían alertas meteorológicas
Cientos de miles de personas se quedaron sin electricidad en Ontario y Quebec, y los aeropuertos de Vancouver, Toronto y Montreal sufrieron cancelaciones de vuelos.
En la provincia de Columbia Británica, las autoridades dijeron que 53 personas resultaron heridas en un accidente de autobús el sábado por la noche, a unos 330 kilómetros al este de Vancouver. La causa del choque estaba bajo investigación.
Fuente: MinutoUno