Desde hace algunos días los cristianos están viviendo uno de los tiempos importantes como es Cuaresma. Sobre el particular, el obispo Ariel Torrado Mosconi realizó una reflexión.
«En este primer Domingo de Cuaresma, se nos presentan las tentaciones de Jesús en el desierto», comenzó diciendo.
Más adelante expresó, «nosotros somos invitados en la Cuaresma a ir al desierto durante cuarenta días como lo hizo Jesús al inaugurar este tiempo de gracia y salvación. Se trata de un tiempo para la oración, el encuentro asiduo con la Palabra de Dios y la penitencia».
«El desierto cuaresmal es el tiempo de lucha contra las tentaciones que nos suelen separar de la fidelidad a Dios. Las tentaciones de Jesús resumen las nuestras: la tentación del tener y el placer, la tentación del poder, y por último una tentación más sutil, la tentación de la credulidad», sostuvo.
Seguidamente manifestó, «en la primera tentación: «convertir la montaña en pan» se nos presentan las ansias humanas de querer satisfacer nuestro deseo de felicidad en el materialismo y la sensualidad. En la segunda tentación: «el dominio sobre todo» se nos presenta esa tentación que tiene que ver con la ambición de poder, de dominio sobre los demás, la vanidad, el orgullo y tantas otras miserias que suelen aflorar en nuestro corazón. La tercera tentación nos sobreviene cuando hemos vencido las dos anteriores. Se trata de la lucha de las personas espirituales que en lugar de apoyarnos en la oscuridad de la fe ansiamos pruebas y signos que nos permitan tener «seguridades» en nuestro camino de oración».
A la vez señaló, «estas tentaciones de Jesús resumen todas las tentaciones humanas. Ninguna de ellas constituye un pecado en sí misma. Jesús no tuvo pecado, tampoco nosotros por el hecho de ser tentados. No pedimos en el Padrenuestro no tener tentaciones, sino no caer en la tentación».
Finalmente el prelado expresó, «que este tiempo de penitencia nos ayude a estar más atentos y fuertes para luchar contra las tentaciones. Les deseo un buen domingo y una Santa Cuaresma».