Tragedia aérea en la Patagonia: hay 22 muertos, entre ellos un bebé

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Ismael Alí, director del Hospital Los Menucos, presente en la zona de la tragedia, sostuvo a la prensa que no hay sobrevivientes. «Vimos el avión completamente carbonizado», dijo y aclaró que en el lugar quedó una ambulancia y personal de bomberos más rescatistas en busca de dar con los cuerpos de las víctimas.

Gastón Forcat, vocero de la compañía SOL, indicó a Infobae.com que aún no han podido dar con ningún cuerpo. Agregó que, aparentemente, los ocupantes del avión eran pasajeros en general y no específicamente un grupo de gerentes del sector petrolero como había circulado apenas se conoció la tragedia.

Según la empresa aérea, la nave siniestrada era un SAAB 340 turbohélice, con capacidad para 34 pasajeros, aunque llevaba a bordo a 19 pasajeros, entre ellos un bebé y tres tripulantes.

Uno de los pasajeros subió en Mendoza, nueve en Córdoba y otros tantos en Neuquén, señalaron desde la compañía. Además se confirmó que toda la tripulación era oriunda de la ciudad de Rosario.

El piloto de la nave se llamaba Juan Raffo; el copiloto Adrián Bolatti; y la azafata Yésica Fontán (ver lista completa de las víctimas).

De acuerdo con el comunicado oficial, el avión partió 20:08 desde Neuquén con destino a la ciudad de Comodoro Rivadavia. Cuarenta minutos después del despegue, a las 20:50, la torre de control recibió la última comunicación donde los pilotos notificaban su emergencia.

La nave habría realizado en total tres alertas por problemas en sus motores a causa del frío que se sentía en la zona, según relató a C5N un periodista del Canal 10 de Río Negro. En la zona había temperaturas bajo cero cuando ocurrió el accidente.

Según se pudo confirmar, el último llamado del piloto pedía aterrizar de emergencia por engelamiento. Se trata de la formación de hielo, ya sea blando o duro, opaco o transparente, sobre la superficie de la estructura del avión en vuelo.

Fuentes de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) también indicaron a que el piloto, en su último contacto solicitó autorización para descender, ya que comunicó un «engelamiento» de la nave.

No obstante, Horacio Darré, secretario de Planeamiento de la empresa SOL, consideró prematuro hablar de las posibles causas, y dijo que la preocupación central es recuperar los cuerpos de las víctimas.

«Se encontraron restos del avión, que está en una zona de difícil acceso, pero no podemos confirmar que haya sobrevivientes. Las posibilidades de encontrar personas con vida son mínimas», reconoció Darré.

El accidente se produjo cerca de las 21, pero recién tres horas después un grupo de rescatistas pudo llegar al lugar, el paraje Prahuaniyeu, en el departamento de 9 de Julio, una zona de montañas bajas.

Prahuaniyeu es un pueblo casi inhóspito (ver nota relacionada), donde apenas viven 139 habitantes, según el último censo, y hacia allí partió un contingente de rescatistas, que intentaba llegar por tierra, ya que no había condiciones para hacerlo vía aérea.

Al respecto, fuentes aeronáuticas indicaron que anoche «era difícil acceder al lugar debido que había un alerta meteorológico por lluvias y escasa visibilidad, además de temperaturas bajo cero».

La tragedia fue alertada por un poblador que se trasladó con su auto hacia la localidad más cercana para poder comunicarse con la policía tras ver, en medio de su campo, caer un avión, indicó a C5N Mabel Yahuar, intendente de Los Menucos, distante a unos 35 kilómetros del siniestro.

En el hecho ya tomó intervenciónla Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC), cuyos peritos viajarán en las próximas horas al lugar del siniestro.

Para brindar información a los familiares, la empresa Sol habilitó la línea telefónica 0810-1227765.

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