La noticia del suicidio de Aylen, una chica trans de la ciudad de La Banda, pone de manifiesto cómo el sistema en el que estamos inmersos, discrimina y destruye al ser humano.
En ese sentido los integrantes del Plenario de Trabajadoras de Santiago del Estero manifestó, «la imposición social de la heterónoma llevó a Aylen a quitarse la vida. Toda familia educa a sus hijos y espera de ellos, todo lo que la sociedad capitalista con su moral y heteronormatividad, descarga sobre cada miembro de esta sociedad».
«El Estado es un activo constructor de esta situación de vulnerabilidad ya que ejerce sobre cada uno un mandato imperativo, que si se transgrede deja al sujeto librado al azar. Las leyes que se han sancionado, no remedian este flagelo al que la sociedad ha condenado a la comunidad LGBTI, ya que el estado se ha lavado las manos creando instituciones vacías que no contienen a ninguno de sus miembros ni les brinda ni contención psicológica ni material, solo con su política las condena a más discriminación», agregaron.
A la vez puntualizaron, «el colectivo de trans y travestis vive situaciones de extrema violencia y marginalidad dentro de un sistema que no garantiza políticas que apunten a la inclusión laboral genuina y a la educación, que garanticen el acceso al cuidado de la salud integral o a hogares refugio, empujando a las mujeres trans/travestis/transgénero a subsistir en condiciones de vida precarias, quedando expuestas al narcotráfico, a las redes de trata y al abuso y la violencia policial.
Finalmente expresaron, «llamamos a toda la comunidad LGBTI, a organizarse de manera independiente del estado verdugo de sus vidas, para luchar por sus derechos y conquistarlos. Basta de discriminación y condena social. Por la libre construcción de nuestra sexualidad. Para que no haya otra Aylen».
