El triunfo de Macron empieza a revolucionar la escena política francesa

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El presidente electo de Francia, Emmanuel Macron, comenzó a dar forma a su movimiento centrista para las elecciones legislativas del mes próximo, con el ex premier socialista Manuel Valls convirtiéndose este martes en la primera gran figura en ofrecerse como candidato de la formación en un paisaje político radicalmente alterado.

Macron, un ex banquero de 39 años, se convirtió en el presidente electo más joven de la historia de Francia al derrotar a la ultraderechista Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del domingo pasado, en el primer balotaje al que no accedieron ninguno de los partidos tradicionales del país.

El joven mandatario electo enfrenta ahora el enorme desafío de unir a una nación fracturada políticamente y económicamente angustiada, y de lograr una mayoría parlamentaria en las elecciones de mediados de junio sin la cual podría experimentar serios problemas para aplicar su proyecto político.

El triunfo de Macron al frente de un movimiento independiente abierto a sumar políticos progresistas de todas las banderías borró, de alguna manera, la tradicional división política francesa entre izquierda y derecha, e hizo mella en agrupaciones históricas, sobre todo en el gobernante Partido Socialista (PS).

Dos días después de los comicios, el ex primer ministro francés Manuel Valls, que quiso ser candidato presidencial del PS pero fue derrotado en las internas, dijo hoy que quiere ser candidato a diputado por el recién estrenado partido de Macron, La República en Marcha, para las legislativas del 11 y el 18 de junio.

«Los viejos partidos están muriendo o están muertos», subrayó en una entrevista a la emisora RTL Valls, quien destacó que su deseo es dar «una mayoría amplia y coherente» a Macron «para que pueda gobernar».

La República en Marcha aseguró que su candidatura será analizada como todas las otras y no gozará de trato de favor alguno.

Valls, quien fue primer ministro entre 2014 y 2016 bajo el mandato del presidente saliente, Francois Hollande, ya había dejado caer que estaba desencantado con el PS, que se ha turnado el poder con la centroderecha, ahora representada por el partido Los Republicanos, durante las últimas décadas.

En las elecciones presidenciales del 23 de abril y el 7 de mayo, Valls prefirió respaldar a Macron, con el que tuvo roces en el Ejecutivo francés cuando el hoy presidente electo era ministro de Economía, que a Benoit Hamon, su verdugo en las primarias socialistas de enero pasado.

Representante del ala más conservadora del PS, este político, nacido en Barcelona, tardó en digerir el revés de esas primarias ante su antiguo ministro de Educación, que encarna la corriente izquierdista.

El descalabro de Hamon en la primera vuelta de las presidenciales (6,3 % de los votos) y la victoria el domingo de Macron precipitaron su polémica decisión.

El secretario general del PS, Jean-Christophe Cambadélis, alertó hoy que, si Valls se presenta con el partido de Macron, perderá el carnet de afiliado, informó la agencia de noticias EFE.

El anuncio del ex primer ministro cayó mal a muchos de sus colegas con cargos públicos, que le achacaron no haber «respetado» su derrota en las primarias y le echaron en cara que es «triste y patético» abandonar el barco cuando está en dificultades.

El primer ministro saliente, el socialista Bernard Cazeneuve, evitó criticar directamente a su antecesor y amigo, aunque alertó de que los franceses «no aceptarán» ver al PS dividido y reiteró su compromiso con su familia política.

Mientras Macron medita la composición de su gobierno y se prepara para lograr una mayoría confortable en el Parlamento en las legislativas de junio, Los Republicanos también han mostrado fisuras.

Según el diario Le Monde, el ex ministro Bruno Le Maire es uno de los pesos pesados que ya se ha declarado «listo» para trabajar con Macron, mientras que Christian Estrosi, un conocido político que es alcalde de Niza, ha mostrado gestos de cercanía con el presidente electo.

Otro dirigente del ala más moderada, el alcalde de Burdeos, Alain Juppé, ha pedido que su partido «no obstruya sistemáticamente» ni se oponga «frontalmente» a Macron en caso de que Los Republicanos no logren mayoría absoluta.

Los Republicanos, que han encomendado la dirección de las legislativas a un moderado, Francois Baroin, se recuperan aún de los turbulentos meses preelectorales, cuando su candidato, Françcis Fillon, eliminado en la primera vuelta de las presidenciales, se vio salpicado por una investigación judicial por malversación de fondos públicos.

La victoria de Macron también ha hecho reflexionar al Frente Nacional (FN) de Le Pen, que ha reunido hoy a su dirección.

Florian Philippot, su vicepresidente y promotor del giro social del partido, ha pedido unidad en un momento en el que el FN sopesa cambiar de nombre para que no esté tan asociado a su anterior líder, Jean-Marie Le Pen, condenado por xenofobia.

Otra de sus figuras, la diputada Marion Márechal Le Pen -representante del ala más conservadora del FN y sobrina de Le Pen- anunció hoy que se retira de la política temporalmente.

«La época de los políticos desconectados de la realidad con decenios de mandato a sus espaldas es obsoleta (…) Hay que demostrar a los franceses que existen también cargos libres y desinteresados», dijo la joven al rotativo Dauphiné Libéré, sin especificar cuánto tiempo estará apartada de la política.

De acuerdo con el periódico Libération, Márechal Le Pen, de 27 años, se aparta también por su desacuerdo con la línea «izquierdista» en lo económico impulsada por Philippot.

Fuente: Telam

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