El Gobierno turco ya ha detenido a más de 13.000 personas en el marco de las redadas en respuesta al fallido golpe de Estado del 15 de julio, informó el presidente Recep Tayyip Erdogan. A través de un decreto, se podrá detener por hasta 30 días, sin que intervenga un juez, a sospechosos de haber participado en la asonada militar.
Una semana después de que un grupo de militares intentó tomar el poder en una operación que incluyó la movilización de soldados armados y el despliegue de tanques y aviones de combate, el primer ministro turco, Binali Yildirim, confirmó que la guardia presidencial ha sido totalmente desmantelada.
El Gobierno prometió una «limpieza» entre los trabajadores públicos del país para expulsar a los seguidores del clérigo Fethullah Gülen , autoexiliado en Estados Unidos. Turquía lo acusa de estar detrás del intento de golpe y de establecer un «estado parlelo» dentro del Ejército turco y las instituciones judiciales y burocráticas.
Gülen ha negado su implicación , pero Ankara exige su extradición. Las autoridades detuvieron el sábado a uno de sus sobrinos.
Tras el intento de golpe, Erdogan prometió erradicar el «virus de todas las instituciones del Estado», mencionando a los seguidores de Gülen, a quienes calificó de «terroristas clandestinos». El gobierno ha despedido a miles de profesores de escuelas estatales y académicos, que además están con arraigo nacional.
En el marco del golpe de Estado del 15 de julio murieron 260 personas. Los numerosos arrestos y despidos en el país preocupan a la comunidad internacional. El presidente Erdogan informó que fueron cerradas 15 universidades, 934 escuelas y 109 dormitorios estudiantiles con supuestos vínculos con Gulen.
Turquía declaró un estado de excepción por tres meses para restaurar la seguridad luego del intento golpista, que fue aplastado por las fuerzas de seguridad y manifestantes a favor del gobierno
Fuente: DPA