El presidente de la UE, Donald Tusk, evitó explicar los puntos de conflicto que provocaron los nuevos pedidos de Turquía y simplemente aseguró que antes de la cumbre de la semana próxima, del 17 y 18 de marzo, se «resolverá los detalles» del acuerdo con Ankara para frenar el ingreso de nuevos refugiados e inmigrantes de Medio Oriente y África, según informó en una conferencia de prensa, tras la cena que selló la jornada.
El nuevo pedido turco fue formulado en el marco de la esperada cumbre de Bruselas, entre los líderes de la UE el jefe de gobierno de Turquía, Ahmet Davutoglu, encuentro que el bloque comunitario considera una de las últimas oportunidades para acordar una estrategia a largo plazo que le permita lidiar con la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.
Más de 135.000 personas llegaron a Europa en lo que va de 2016 tras cruzar desde las costas turcas a Grecia, que se suman al 1,1 millón de migrantes, en su mayoría refugiados de guerra de Siria, Irak o Afganistán, arribados el año pasado a un continente desbordado y por momentos enfrentado por el aluvión.
Desesperada, la UE quiere que Turquía, que ya alberga a 2,7 millones de refugiados sirios, la ayude a detener a los migrantes antes de que lleguen las islas griegas, y a fines del año pasado se comprometió a darle 3.000 millones de euros y a liberalizar los visados para los turcos para octubre próximo.
Hoy, durante las discusiones con los jefes de Estado y de gobierno europeos, Davutoglu solicitó 3.000 millones de euros adicionales, en sucesivos aportes hasta 2018, y adelantar la liberación de los visados para los ciudadanos turcos para junio, según anunció el presidente del Parlamento europeo en conferencia de prensa.
«Se ha solicitado 3.000 millones de dinero adicional para 2018. El Parlamento Europeo está dispuesto a hacer lo que pueda para acelerar el proceso», dijo el funcionario, Martin Schulz.
Desde Ankara, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se quejó de que la UE aún no ha entregado los 3.000 millones prometidos en noviembre pasado, cuyo envío se vio retrasado por debates dentro del bloque sobre el reparto de la carga, y pidió su desembolso cuanto antes.
«Han pasado cuatro meses y aún no han llegado» los fondos, dijo por su parte el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, desde Ankara.
Davutoglu planteó estas peticiones en una primera sesión de la cumbre UE-Turquía a los líderes de la UE, después de presentarlo anoche a la canciller alemana, Angela Merkel, y al primer ministro holandés, Mark Rutte, cuyo país desempeña la Presidencia semestral del Consejo de la Unión, dijeron fuentes diplomáticas.
Las fuentes agregaron que esta manera de proceder de Ankara «complica el proceso», prueba de ello fue que la cumbre de hoy, que debía terminar con un almuerzo de trabajo, se extendió hasta la noche y, aún así, no pudo terminar con un acuerdo firmado por las dos partes, la UE y Turquía.
Pese a la disposición mostrada por Schulz ante el pedido turco, varios Estados europeos expresaron rápidamente sus reticencias.
«No estoy dispuesto a poner a disposición más medios mientras no se compensen al mismo tiempo las cargas que sufren países como Alemania, Suecia o Austria», señaló el ministro de Finanzas austriaco, Hans Jörg Schelling.
En cuanto a la liberalización de visados, estaba prevista para octubre pero ahora Ankara quiere que se adelante a junio porque para entonces ya habrá demostrado que cumple su parte del trato con la UE, dijeron fuentes comunitarias.
A cambio de estos reclamos, Turquía se compromete a aceptar de forma inmediata la devolución de «todos» los inmigrantes económicos y refugiados que lleguen a Grecia a partir de una fecha específica, que aún no se ha concretado, prosiguieron las fuentes.
Ankara quiere cierta certeza de que este nuevo sistema no implicaría la repatriación del millón de personas que ya acoge Alemania, por ejemplo, y reclama a la UE que asuma los costes de las devoluciones.
Además propone un mecanismo para que cada sirio devuelto desde Grecia se corresponda con el traslado de un refugiado desde Turquía a la UE por vías legales, a fin de que el balance final para Ankara sea «neutral».
Otras fuentes dijeron que Turquía no ha precisado por el momento cómo funcionaría este mecanismo.
Por lo que se refiere a la aceleración del proceso de liberalización de visados, Schulz indicó que «es un elemento clave del debate hoy» y que la Eurocámara está dispuesta a «acelerar el proceso», respetando sus derechos como colegislador.
Turquía es el país de paso de la mayoría de refugiados y migrantes que buscan llegar a Europa desde Medio Oriente. De ahí cruzan el mar Egeo hasta Grecia y desde allí continúan su camino hacia el centro y norte de Europa, en su mayoría utilizando la conocida como ruta de los Balcanes.
Pero controles y limitaciones fronterizas adoptados recientemente por varios países de la ruta, entre otros Macedonia, han hecho que más de 30.000 migrantes se encuentren varados en Grecia desde hace unas dos semanas.
El cierre de la ruta de los Balcanes fue otro de los temas a debate, en el que se escucharon posiciones encontradas. «No puede ser que se cierre», dijo Merkel.
La jefa de gobierno germana y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, mostraron sus reticencias a que se hable de cierre de esa ruta en la declaración final de la cumbre.
Sin embargo, los países de esa ruta defendieron la formulación.
«Estoy muy a favor de decir a todos con palabras claras: cerraremos todas las rutas, también la de los Balcanes», dijo sin embargo su homólogo austriaco, Werner Faymann.
«Los traficantes de personas no deben tener ninguna oportunidad», dijo por su parte, en la misma línea, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien defendió un cierre de fronteras y pidió que nadie pueda pasar sin permiso o registro.
Su homólogo croata, Tihomir Oreskovic, también presionó a favor del cierre.
Fuente: Telam