El último debate antes del ballottage en Chile dejó más dudas sobre el futuro

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El último debate televisivo antes del ballottage de este domingo no logró desempatar las preferencias que dan las encuestas para Alejandro Guillier y Sebastián Piñera. En un formato similar a los enfrentamientos entre Hillary Clinton y Donald Trump en Estados Unidos, cada candidato chileno respondió ocho preguntas y además hubo seis minutos para debatir entre ellos. Aunque se esperaba más contundencia en las definiciones y en las propuestas, ambos cayeron en confusiones y abusaron de las respuestas evasivas, al punto de terminar reconociendo que no son buenos contestando lo que les preguntan.

La educación era uno de los temas fuertes de la noche, porque después de ganar la primera vuelta Piñera cambió su programa e incorporó la gratuidad en las universidades, algo a lo que se había opuesto. «Siempre he creído que la educación es un derecho», sostuvo el candidato opositor, y Guillier le recordó que «no se puede creer que la educación es un derecho y después ponerle precio».

En el mismo bloque, Guillier tardó varios minutos en aclarar una diferencia que tuvo con su equipo sobre cuánto se perdonará a los deudores universitarios más pobres. Después de varias evasivas, dijo que la condonación es «para siempre».

El momento más tenso fue cuando Piñera invitó a revisar el financiamiento del programa de gobierno a su oponente: «Usted dijo que costaba 10.000 millones de dólares al año. La verdad es que cuesta cuatro veces más y le aseguro que si hace el cálculo de nuevo, se va a dar cuenta de que está vendiendo humo». El aludido solamente respondió que «eso en política se llama «demagogia»».

Javiera Arce, cientista política de la Universidad de Valparaíso, dijo a LA NACIONque fue un debate con un nivel demasiado bajo. «Hay un empate. Pero ninguno de los dos candidatos estuvo a la altura, en términos de defender un poco mejor las ideas. A Guillier se lo vio mucho más nervioso y confundido que en el debate de la Asociación de Radiodifusores de Chile. Piñera fue mucho más agresivo y Guillier no cayó en el juego. Estuvo bien en eso, porque la gente está cansada del ánimo enrarecido que vive el país. Es un empate que da mucha pena, porque se necesitan un liderazgo y coaliciones mucho más fuertes», señaló.

Neme consideró que el debate no fue decisivo. «No hubo definiciones cerradas y hubo temas en los que se podía haber avanzado más, con ideas nuevas, como educación, los medicamentos, la previsión. Pero ya no queda tiempo. Los dos se mantuvieron en su zona de confort», concluyó.

La Nación

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