Vía WhatsApp y a través de su celular oficial, Mauricio Macri recibió toda la información del paro nacional organizado por la CGT y Hugo Moyano para enfrentar el plan económico del gobierno. El Presidente chateó y conversó por teléfono con Marcos Peña, Dante Sica, Patricia Bullrich y Guillermo Dietrich, quienes le acercaron información clave sobre una medida de fuerza que se sostuvo sobre la ausencia de transportes y el bloqueo de los accesos a la Capital Federal. Al respecto, no hubo reuniones en Gobierno y Olivos para hacer un balance formal del quinto paro ejecutado por la CGT, y el mandatario omitió comentar sobre este asunto cuando concurrió al Colegio Militar para recordar la creación del Ejército Argentino.
Macri utilizó la misma táctica con la presentación de la fórmula Fernández y Fernández. Evita la referencia directa a un acontecimiento vinculado a la oposición, en este caso el paro nacional de la CGT y Moyano, y rescata ciertos valores que asigna a su administración presidencial. «Las tareas que nos quedan por resolver son muchas, pero es posible avanzar. Y para eso es necesario dar una vuelta de página. Tenemos que dejar atrás el pasado y mirar el futuro», enfatizó Macri en el Patio de Armas del Colegio Militar.
A la misma hora, aguardando que el presidente terminara su acto oficial en el Palomar, Moyano hacía tiempo para avanzar contra la Casa Rosada. Y cuando aseguró que no descartaba un nuevo paro, Macri regresaba a la quinta de Olivos chateando con el jefe de Gabinete que estaba en Balcarce 50. Mucho más tarde, el presidente se enteró de la amenaza a través de un chat que escribió un ministro que conoce todas las trincheras del sindicalismo.
La realización del paro nacional no suspende las relaciones de poder que existen entre los líderes sindicales y el Gobierno. Dante Sica, ministro de Industria y Trabajo, tiene previsto reunirse con Gerardo Martínez (UOCRA), que encabezó la propuesta, pero ello no implica atenuar las criticas a una medida de fuerza que, para la Casa Rosada, responden a la interna gremial de la CGT.
«Este paro tiene más que ver con posiciones políticas de algunos dirigentes sindicales de cara al cierre de listas que con una manifestación genuina de expresión del descontento por lo que está pasando», opinó Sica.
La ejecución de la huelga general de la CGT fue monitoreado por Macri con un mecanismo de información interna que centralizó Peña en sus oficinas del primer piso de Balcarce 50.
El jefe de Gabinete tenía la situación social en las calles por medio de Bullrich y el impacto de la medida en el transporte a través de Dietrich. Y los tres, a su vez, eran consultados por Macri, que se movió hasta el Colegio Militar y luego se quedó en Olivos para cumplir una agenda de trabajo que incluyó al ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne.
En la próxima reunión de gabinete, Macri tiene previsto comentar sus opiniones políticas sobre la medida de fuerza que lideró la CGT y Moyano. El Presidente considera que es más de lo mismo, y que el rumbo económico no debería cambiar por la exigencia de un puñado de sindicalistas que jugaran al lado de Alberto Fernández y Cristina. El gabinete se reúne mañana en Casa Rosada.
