El campo de refugiados más grande de Grecia y Europa, aislado por coronavirus, fue azotado hoy por un gran incendio que arrasó con contenedores que hacían de vivienda y dejó sin techo a alrededor de 4.000 de sus 13.000 habitantes en la isla de Lesbos.
El Gobierno griego anunció que declarará el estado de emergencia en la isla del mar Egeo y prohibió la salida a todas las personas que vivían en el campamento de Moria para evitar una eventual propagación de la Covid-19.
El fuego se desató después de que las autoridades le comunicaran a un grupo de 35 personas que habían dado positivo al coronavirus que iban a ser trasladadas a una zona especial de aislamiento.
El vocero del Gobierno, Stelios Petsas, dijo que el incendio «no fue accidental», dado que comenzó justo unos momentos después y en distintos lugares del campamento.
El incendio fue controlado por los bomberos, aunque tuvieron problemas para trabajar no solo por las explosiones sino porque además, algunas personas les arrojaban piedras, informó la agencia de noticias EFE.
El ministro de Estado, Yorgos Yerapetritis, declaró a la cadena privada Skai que el incendio dejó sin techo a entre 3.000 y 4.000 de los 13.000 habitantes del campamento.
Agregó que, según una primera evaluación, se quemó la estructura central del campo, pero en el pinar que la rodea -donde vive la mayoría- la destrucción no fue total.
Por su parte, la comisaria europea de Interior, Yiva Johansson, anunció que la Comisión Europea (CE) financiará el traslado y alojamiento a la Grecia continental de unos 400 menores no acompañados que permanecen en el campamento de Moria tras el incendio.
Alemania, por su parte, pidió una «rápida» solución dentro de la Unión Europea (UE) ante la «catástrofe humanitaria» en Lesbos y mencionó el compromiso que adquirieron varios socios para reubicarlos.
Alemania está entre el grupo de países comprometido con la reubicación de los refugiados en campos de las islas griegas.
Desde mediados de julio ha recibido a unos 450 menores y el Ministerio del Interior alemán espera recibir a un total de 950 para octubre, en el marco de un programa de reubicación del que también participan Francia, Portugal, Luxemburgo, Finlandia, Austria e Irlanda.
En los últimos años, cientos de miles de migrantes que huyen de guerras en Asia y África se han lanzado al mar Mediterráneo en precarias embarcaciones en un intento de llegar a Europa y pedir asilo como refugiados, con Grecia e Italia como principal destino.
La televisión pública griega ERT mostró imágenes de muchos refugiados, incluidos niños, moviéndose por el campo en busca de sus pertenencias sin que nadie se los impida, pese a que en algunos puntos sobrevivían las llamas.
Miles de personas huyeron del campo inmediatamente después del estallido del incendio y se dirigieron hacia la capital de Lesbos, Mitilene, pero las autoridades de la isla desplegaron un fuerte dispositivo policial que bloqueó la ruta de acceso.
El encargado gubernamental para los campos de refugiados, Manos Logothetis, afirmó que el campamento fue totalmente evacuado y que ahora el reto es buscar alojamiento para las personas que lo habitaban.
Organizaciones humanitarias llevan meses advirtiendo que, debido a las pésimas condiciones sanitarias, Moria era un polvorín y había que evacuar a toda la población vulnerable.
Desde el estallido de la pandemia, el Gobierno ha trasladado al interior del país a más de un millar de personas que pertenecen a este grupo.
El campo está en cuarentena desde hace una semana tras la aparición del primer caso de Covid-19 en un somalí de 40 años que ya había obtenido el estatus de refugiado y que en agosto se había trasladado a Atenas para buscar empleo.
Fuente: telam