Los metrodelegados comenzarán este miércoles un plan de lucha de 72 horas en los subtes, que consiste en la apertura de molinetes, ante la falta de avances en las paritarias. Para los usuarios, se trata de una medida de fuerza que no les causará trastornos, pero para el Gobierno no es una buena señal: el sindicato, alineado políticamente con el Frente de Todos, reclamó un 54% de aumento para completar el convenio de 2019 y se quejó de que hasta ahora “lo que hubo fueron refuerzos y sumas fijas”.
Esos refuerzos y sumas fijas, más la postergación de las paritarias hasta mediados de año, son precisamente las bases de la política salarial de Alberto Fernández, que ahora un gremio afín a la Casa Rosada pone en discusión con esta demanda de incremento.
El titular de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp), Roberto Pianelli, explicó que “el año pasado la inflación fue del 54% y lo que hubo fueron refuerzos y sumas fijas no remunerativas», por lo que exigió: “Queremos en los sueldos básicos lo mismo que subió la inflación. El PRO dijo que los datos de inflación son confiables, así que queremos ese número, 54%”.
«No pudimos cerrar todavía la paritaria 2019 y este mes tendríamos que discutir la paritaria 2020”, agregó el sindicalista.
El planteo de los metrodelegados contrasta con la actitud de otros sindicatos alineados con el Gobierno, que pactaron aumentos de suma fija como anticipo de las paritarias de este año, en algunos casos con un incremento porcentual bajo, que no intranquiliza a los funcionarios de la Casa Rosada, que procuran desalentar negociaciones salariales que estimulen la indexación de la economía.
El Sindicato de Comercio, por ejemplo, cerró hace quince días su paritaria 2019 con tres sumas fijas ($1.000 para febrero, $1000 para marzo y $2000 para abril), que completan un 52% anual. Así, el gremio que conduce Armando Cavalieri se las arregló para recomponer salarios en sintonía con los parámetros que sugiere el Gobierno para las tratativas salariales de este año.
También firmaron sus convenios anuales o las revisiones de 2019 otros sindicatos clave como bancarios, Camioneros, Alimentación, docentes, la UOM, SMATA y UOCRA (en algunos casos por un trimestre) y por eso la atención está puesta en la discusión salarial para este año: la expectativa del Gobierno es que arranque con anticipos de suma fija hasta mediados de año, sin cláusula gatillo y tomando como base la inflación futura, que sería a la baja, como una manera de dar señales de desindexación de la economía, tal como lo pidió públicamente el Presidente.
Respecto de la medida de fuerza que comienza mañana, Pianelli destacó: «No nos gusta afectar el servicio porque somos conscientes de los que usan el subte, así que vamos a protestar levantando molinetes”.
La protesta de los metrodelegados se cumplirá mañana de 7 a 9 en la terminal de San Pedrito, de la Línea A; y en la estación Constitución, de la Línea C; y de 17 a 19 en las estación Retiro, de la Línea C; y en la de Perú, de la Línea A. El jueves, se hará de 7 a 9 en la estación Rosas, de la Línea B, y en Congreso de Tucumán, de la D; de 17 a 19, se replicará en la estación Alem, en la B, y en Catedral, de la D. Por último, el viernes se concretará de 7 a 9 en la estación Virreyes de la Línea E, y Parque Patricios, de la H, y luego, de 17 a 19, en Retiro, de la Línea E, y en Facultad de Derecho, de la H.
El sindicato que conducen Pianelli y Néstor Segovia surgió en 2008 como un desprendimiento de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) porque no se sentían representados por esta organización liderada por Roberto Fernández, que se mantiene en su cargo de secretario general desde 2006.