Un ingeniero estadounidense ha gastado cientos de miles de dólares para hacer realidad su sueño: vivir en un avión abandonado. Bruce Campbell tiene 73 años y hace una década que su hogar es un Boeing 727 ubicado en los bosques de Oregón.
El hombre decidió por primera vez que quería vivir en un avión abandonado cuando tenía tan solo 15 años de edad. Para concretar su anhelo, primero gastó U$S 26,000 por 4 hectáreas de tierra en los bosques de Oregón, en Estados Unidos. Luego, cometió un gran error y compró un avión en un depósito de chatarra por U$S 100.000. “Ese fue un error garrafal. Nunca volveré a hacer eso. Las compañías de salvamento son demoledoras. Recomiendo encarecidamente comprar un avión completamente intacto y completamente funcional, excepto tal vez sin sus motores”, dijo con respecto a esto.
El avión originalmente tenía capacidad para 200 personas y cuenta con 100 m2. Además, tiene una historia interesante, ya que llevó los restos del propietario de la aerolínea, que había estado casado con la ex primera dama Jacqueline Kennedy Onassis, en el momento de su muerte.
Bruce, que tuvo que desembolsar otros U$S 120.000 para que el avión fuera remolcado a su tierra. En los medios, afirmó que ama su estilo de vida. “Cuando vivís en una estructura como esta, te sentís un poco más satisfecho con tu vida. Y si sos ingeniero, científico o alguien que aprecia la elegancia y la belleza de la tecnología aeroespacial, es el lugar más feliz para vivir”, afirmó.
El avión ahora incluye un baño, cocina e incluso un lavarropas. Duerme en un sofá y sus gastos suman U$S 370 al mes.