La manifestación fue ruidosa pero pacífica, con lemas como «sin justicia, sin paz» y «las vidas de los negros importan» y exigió la renuncia del jefe de policía.
Al hablar en la marcha, el padre de la víctima, Andrea Locke, pidió 22 días de paz, tantos como años tenía su hijo. «No somos matones anti policías», explicó.
La víctima no tenía antecedentes y poseía un arma, que había adquirido legalmente.
Minneapolis es la ciudad natal de George Floyd -el emblemático caso de racismo que encendió las calles de Estados Unidos en 2020.
Amir Locke murió luego de que un agente le dispara en el pecho mientras dormía en el sillón, como muestra un video impactante de la cámara web de un oficial.
El viernes por la noche, un carrusel ruidoso de decenas de autos invadió el centro de esa ciudad, deteniéndose también cerca del lugar de la tragedia: muchos manifestantes levantaron los puños y desplegaron carteles con consignas contra la policía o para recordar que «Black Lives Matter».
Para bajar la tensión, el alcalde demócrata de Minneapolis, Jacob Frey, ha anunciado una suspensión de las llamadas «órdenes sin aviso», los polémicos allanamientos no anunciados que suelen tener resultados fatales, como le pasó a Locke y, en 2020, a Breonna Taylor, en Louisville, en Kentucky.
Mientras tanto, se comprometió a revisar las prácticas del departamento de policía, apuntadas antes por el asesinato de George Floyd, con su alta dirección y el asesoramiento de dos expertos que ayudaron a elaborar la Ley Breonna, la prohibición de ingresar a domicilios y allanar introducida en Louisville.
Ámbito