En los últimos días hubo todo tipo de denuncias de intendentes que toman polémicas decisiones a poco de dejar su cargo, como el caso del jefe comunal de la pequeña ciudad de Concepción, en Tucumán, que decidió nombrar a 430 empleados públicos unos días antes de ser reemplazado. Hoy se sumó un nuevo caso: en la capital deLa Rioja, un proveedor estatal se encadenó al palacio municipal en reclamo de una deuda de 910 mil pesos que le dijeron que no le van a pagar.
El protagonista de la insólita medida de fuerza es Diego Romero, propietario de la firma de seguridad privada Eagle, que da trabajo a 36 guardias y que hace dos años fue contratada por el municipio de La Rioja, que comanda el peronista Ricardo Quintela, para custodiar distintas dependencias.
«La secretaria del Intendente me dijo que no me van a pagar», contó Diego Romero.
«Ayer me llamó Doris, la secretaria privada del Intendente, diciendo que no tenía plata para pagar, que no iba a pagar y que levante los servicios. Obviamente levanté los servicios y sólo estoy pidiendo que me paguen septiembre, octubre y los 10 días de noviembre que me están debiendo», contó.
Según relató, ayer también se reunió con el secretario General del municipio, Enrique Díaz Brizuela. «Me dijo que me lo iba a solucionar, que me iba a llamar por teléfono, pero anoche no me contestó y esta mañana tampoco. Y hasta ahora no tuve respuestas», señaló. A su vez, dijo que conversó con el intendente electo, Alberto Paredes Urquiza, quien tampoco le pudo garantizar la continuidad del contrato con su empresa.
Ante el fracaso de sus gestiones, decidió encadenarse frente a la oficina de Quintela. «Me quedaré aquí hasta que me paguen todo lo que me corresponde, no quiero pagos parciales», adelantó a la prensa local.
