En 1996, un canadiense llamado Harold Hackett decidió desafiar los codigos postales, las burocracias de los correos y el alcance de cualquier de masiva, como el email, para contactarse con personas desconocidas alrededor del .
A lo largo de los últimos 15 años, el , oriundo de la Isla del Príncipe Eduardo, en la costa atlántica del de Canadá, lanzó 4.800 botellas con mensajes cuasi genéricos. La idea, según explicó al sitio de la BBC, es que el que lo encuentra lo responde
Hasta el momento, Hackett ya recibió 3.100 respuestas desde la costa este de los Estados Unidos, en el Caribe, el norte de Sudamérica, África y de ciudades de Gran Bretaña, Rusia, , Suecia, y Francia.
Una de las misivas tardó 11 años en llegar, pero al final Hackett recibió su respuesta de parte de cuatro hombres de entre 76 y 79 años que se dieron a conocer como «Los caminantes alegres», según comentó el expeditivo canadiense.
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Dibujos, postales, fotos, el hombre recibió toda clase de desde lejanas fronteras del mundo, lo que prueba que, si bien es la forma más rápida de conectarse, nada nunca reemplazará el poder del encuentro remoto.
Fuente: MinutoUno