Una familia santiagueña necesitó $358.885 para no ser pobre

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En noviembre los alimentos retomaron la tendencia ascendente que tuvieron durante todo el 2023, por lo que una familia necesitó $358.885 para no encontrarse por debajo de la línea de pobreza.

El equipo que integra el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana que elabora el Índice Barrial de Precios (IBP) realizó un relevamiento en 285 negocios de cercanía de 53 barrios de la Capital santiagueña y 115 comercios situados en 23 barrios de la ciudad de La Banda.

Como resultado se obtuvo que en el mes de noviembre los bienes y servicios, que componen la Canasta Básica Total (CBT), para una familia conformada por dos adultos y dos niños llegó a tener un costo de $358.886 con una variación mensual del 14,31% respecto a octubre.

Esto representa que una familia requirió casi $45.000 más que en octubre para adquirir sus productos básicos, y no caer bajo la línea de pobreza.

Para cubrir sus necesidades básicas (alimentación, transporte, salud, vestimenta, educación y otros gastos) una familia necesitó $ 215.221,52 más, con una variación interanual de 158,20% respecto diciembre del año 2022.

Por su lado, la Canasta Básica de Alimentos (CBA) tuvo en noviembre una suba de 14,84%. Así, una familia de cuatro integrantes necesito $166.923,47 para cubrir los alimentos necesarios.

En otras palabras requirió $21.575, 54 más que en octubre para poder costear la CBA. Presentó una variación acumulada del 164,91% en el periodo enero-noviembre y una variación interanual del 170,21% en relación a diciembre del año 2022 donde el costo de la CBA se reflejaba en $ 61.775,94.

En lo que va de 2023 las carnes subieron 177,61%los productos de almacén se incrementaron 175,96% y las frutas y verduras tuvieron incrementos de 117,25% promedio.

En noviembre el rubro con mayor variación mensual en la CBA es el de carnicería, expresado en el 22,19%. Es decir que una  familia necesitó la suma de $54.232,05 para afrontar su costo, con una variación interanual del 181,32%, respecto a noviembre del 2022 donde su costo era de $ 19.277,49.

Los cinco productos del rubro con mayor variación mensual: Pescado (1Kg) 63,27%, Puchero (1 Kg) 29,17%, Hígado (1 Kg) 26,32%, Pollo (1 kg) 25,45%,  Paleta (1 Kg) 18,33%.

En el rubro de almacén con un incremento del 11,70% en relación al mes anterior llegando a costar $85.746,19 para la familia mencionada, con una variación interanual  de 178,36%, en comparación a noviembre de 2022 donde su costo fue de $ 30.804,49.

Los 5 productos del rubro que presentaron una mayor suba fueron: Arroz (1 kg) 33,33%, Café (500 gr) 28,57%, Fideos guiseros  (500 gr) 27,91%, Aceite mezcla (900 ml.) 19,44%, Harina de trigo (1 kg) 25,00%.

En el rubro de verdulería una familia santiagueña necesitó $26.945,23 para afrontar su costo. Presentó una variación mensual de 11,37%, mientras que acumuló una suba interanual  del 130,42% donde su costo fue de $11.693,97.

Los  productos del rubro que se destacan fueron: Mandarina (1 kg) 33,33%, Naranja  (1 kg) 33%, Pera (1 Kg) 30%, Batata (1 Kg) 25,00,  Zanahoria (1 kg) 25,00%, Huevos (1 docena) 12,68%.

Canasta Navideña

Los productos de la Canasta Navideña al igual que los de la Canasta Básica de Alimentos sufrieron fuertes incrementos.

De acuerdo a los datos obtenidos desde el IBP para el mes de noviembre el valor mínimo total fue de $ 6.477,50, con una variación interanual del 166,56%, es decir que se necesitaran $4.047 más en relación al año pasado.

Entre los productos del rubro se mencionan: Vino tinto (750cc- 3/4 BOTELLA) 220,00%, Sidra (720cc ) 144,44%, Pan Dulce (400gr) 125,00%, Budín con frutas  (170gr) 163,16%, Garrapiñadas (70gr) 168,33% Turrón de maní (80gr). 196, 88%, Ananá Fizz (720 cc) 158, 62%.

Al momento de hacer una reflexión la profesora Luján Gerez, directora del ISEPCi señaló, «a partir del 19 noviembre se inició la transición entre el gobierno de Alberto Fernández y Javier Milei. Período dominado por una gran incertidumbre, en el que principalmente se debatieron los posibles grandes cambios que se vienen en nuestro país».

Por otra parte indicó, «mientras esto sucede en la superficie, por debajo hay algunas tendencias que se mantienen inamovibles: los aumentos en los alimentos continúan. Es más, los formadores de precios que tienen la maquinita de remarcar casi a voluntad, aprovechan a subir los precios sin justificación a la vista de los aumentos de sus costos».

La profesional acotó, «en este marco, no fue una sorpresa que el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, anunciara  que para septiembre la pobreza creciera al 45% de la población contra el 40% que teníamos a principios de año, mientras la indigencia se mantiene estacionada entre 9 y 10%. Son más de 20 millones de argentinos por debajo de la línea de pobreza, de los/as cuales más de cuatro millones no tienen los recursos suficientes para alimentarse adecuadamente».

En otro orden de cosas analizó, «las promesas de fuerte ajuste en gastos del estado se concretan en las medidas anunciadas por el Ministro de Economía  Luis Caputo: paralización de la obra pública con la suspensión de las licitaciones y obras que aún no iniciaron; reducción al mínimo de las trasferencias del Estado a las provincias; para las jubilaciones derogación de la movilidad, es decir sus aumentos; para los empleados del sector publico la no renovación de los contratos menores a un año; marcha atrás con la eliminación del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores, entre otras, la eliminación de los subsidios a la energía y el transporte, entre otras».

También sostuvo, «la apertura de la economía con el consiguiente cierre de miles de pequeñas empresas por no poder competir con los productos importados, y la continuidad del proceso inflacionario, sumado a la devaluación del peso argentino que cayó más del 50%, la más grande en los últimos 35 años, no se pronostican un futuro de mejoras para los y las argentinas».

Respecto al consumo se prevé una fuerte caída para el 2024, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de muchas Pymes y comercios, siendo beneficiadas en este proceso inflacionario aquellas grandes cadenas.

«Esto se sustenta al observar el comportamiento de los formados de precios cuando caen las ventas. Lejos de sostener los precios, los incrementan porque prefieren seguir la dinámica de  baja de ventas y de aumento de la ganancia por unidad  que es lo que les permite levantar los precios antes que sostener un nivel básico de consumidores a los que venderles una cantidad determinada de productos. De esta manera venden menos productos con precios mayores por lo que obtienen un margen mayor de ganancia, lo que lleva al incremento de las masas de ganancias de las empresas. Es importante mencionar que este proceso fue reflejado en el periodo de la pandemia expresado en la baja de consumo, los precios subieron», consignó.

Finalmente la profesora Luján Gerez se preguntó, «¿Cuál será el costo social de poner en la mesa un plan macroeconómico de estas características?».

 

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