Ver el doble tilde azul y no recibir respuesta por dos horas, cinco horas o un día puede ser motivo de ansiedad desmedida. Sobre todo si el que clava el visto es la pareja.
Ahora, si ese plantón digital se produce durante seis meses seguidos, entonces, no sólo será motivo de angustia y enojo sino que también podría ser considerado causal de divorcio. Al menos así ocurrió en Taiwán.
Una mujer, residente del distrito Hsinchu, obtuvo el divorcio luego de que demostrara que le había estado mandando mensajes a su marido a través del servicio de mensajería Line y que éste la había ignorado.
En la aplicación se podía ver que el hombre había recibido los mensajes pero no los había contestado. En otras palabras, le había «clavado el visto», tal como ocurre en WhatsApp.
La jueza mencionó en su dictamen los chats ignorados como evidencia de la falta de interés que había por parte de él. Esto, según entendió el magistrado, era un claro signo de que el matrimonio no tenía forma de ser reparado y así decidió otorgar el divorcio.
«Parece haber escasa interacción con la demandante; el acusado en raras ocasiones responde a los mensajes», se destacó en el escrito judicial, según publicó la BBC.
Durante seis meses la mujer, de apellido Lin, le envió a su pareja varios mensajes, incluso uno donde le contaba que, tras haber sufrido un accidente de auto, estaba hospitalizada. El marido no sólo no le contestó sino que apenas fue una sola vez a visitarla al centro de salud.
«El acusado no le preguntó a la demandante cómo estaba. La información fue enviada, leída pero no obtuvo respuesta. El matrimonio no puede repararse», se concluyó en la sentencia.
La falta de comunicación no era el único problema que tenía el matrimonio que se había casado en 2012.
Al parecer, ni bien la pareja se fue a vivir a la casa que el hombre de 40 años compartía con su madre, hermano menor y su cuñada, la señora Lin, de 50 años, tuvo que hacerse cargo de la totalidad de los gastos de la familia.
Como si eso fuera poco, la mujer aseguró que su familia política era «poco amigable» con ella. Y en ese sentido contó que incluso controlaban cuánto tiempo pasaba en la ducha.
En este contexto hostil, los mensajes ignorados fueron la gota que rebalsó el vaso. Y un claro indicio de que las cosas entre la pareja no funcionaban bien.
«Los mensajes de Line fueron una evidencia importante. Dan cuenta del estado en que estaba el matrimonio, y que las partes no tenían una buena comunicación», remarcó la jueza.
Ahora hay que esperar si el señor Lin apela el fallo aunque, al parecer, el hombre no estaría muy interesado en hacerlo. De hecho, según mencionó la jueza, ni siquiera compareció ante el tribunal cuando fue citado a dar su testimonio y tampoco respondió a ninguna de las notificaciones enviadas.