Poco antes, un nuevo ataque se había registrado en el norte de Bagdad contra un convoy de Hashd Al Shaabi, una coalición paramilitar proiraní que forma parte de las fuerzas de seguridad de Irak, indicó una fuente policial.
«Hubo muertos y heridos», dijo Hashd, acusando a Estados Unidos, que de momento no había reaccionado.
El asesinato el viernes de Soleimani -artífice de la política de Irán en Oriente Medio- y del líder miliciano Abu Mehdi Al Muhandis -número dos de Hashd Al Shaabi y considerado el hombre de Irán en Bagdad- hace temer un conflicto en la región.
Irán prometió «una dura venganza en el lugar y el momento adecuados» para vengar la muerte de su general.
El ataque cerca del aeropuerto pulverizó dos vehículos y dejó un total de diez muertos, cinco iraquíes y cinco iraníes.
El sábado, miles de personas gritaban «¡Muerte a Estados Unidos!» en el barrio chiita de Kazimiya, en Bagdad, cuando acompañaban los féretros del general y del líder miliciano hacia el funeral oficial.
Los cuerpos de las diez víctimas serán trasladados desde Kazimiya a la llamada Zona Verde, un barrio bajo estrictas medidas de seguridad y sede de las instituciones del gobierno y de varias embajadas, entre ellas, la de Estados Unidos, que el martes sufrió un ataque de partidarios del Hashd.
El primer ministro iraquí Adel Abdel Mahdi también participó en los funerales este sábado, así como Hadi Al Ameri, jefe de las fuerzas proiraníes en el parlamento iraquí, el ex primer ministro Nuri Al Maliki y varios jefes de facciones chiitas proiraníes.
Tras el funeral, los cuerpos serán trasladados a Kerbala y Nayaf, dos ciudades santas chiitas al sur de la capital.
Al Mouhandis será enterrado en Irak y el cuerpo de Soleimani trasladado a Irán, donde recibirá sepultura el martes en su ciudad natal de Kerman (centro).
El pasado martes, durante el funeral de 25 combatientes muertos de una milicia de Hashd, la muchedumbre asaltó el primer perímetro de la embajada estadounidense a golpe de barras de hierro y arietes improvisados.
Los analistas temen ahora un conflicto entre Irán y Estados Unidos en suelo iraquí.
El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró sin embargo haber eliminado a Soleimani para «detener» una guerra y no para empezar otra y aseguró que este planeaba un ataque «inminente» contra intereses estadounidenses.
En Irán, las autoridades decretaron tres días de luto oficial en memoria de Soleimani, de 62 años. El viernes decenas de miles de personas salieron a las calles de Teherán, la capital, gritando «¡Muerte a Estados Unidos!».
El consejo supremo iraní de seguridad nacional dijo que Estados Unidos ha cometido «su error más grave» con la muerte de Soleimani.
«Estos criminales sufrirán una dura venganza en el lugar y el momento adecuados», advirtió.
El guía supremo iraní, Ali Jamenei, y el presidente Hasán Rohani, que ya nombraron a Esmail Qaani para remplazar a Soleimani, también pidieron represalias.
Tras el ataque, las fuerzas proiraníes tienen más fuerza que nunca en Irak, inmerso además desde hace tres meses en una revuelta popular contra el poder y la influencia de Irán.
El ataque estadounidense «viola la soberanía de Irak», indicaron los líderes iraquíes.
El líder chiita iraquí Moqtada Sadr reactivó su milicia, llamada Ejército del Mehdi, que había sido disuelta tras haber luchado contra la ocupación estadounidense en Irak (2003-2011).
Por su parte Hadi Al Ameri, el líder de los parlamentarios proiraníes en Irak, pidió «cerrar filas para expulsar a las tropas extranjeras», en referencia a las estadounidenses.
Los diputados se reunirán este domingo y podrían derogar el tratado entre Irak y Estados Unidos que permite la presencia de 5.200 soldados estadounidenses en el país petrolero.
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