Urtubey sobre el aborto: «Lo primero que hay que hacer es despenalizar»

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Hace años que no esconde su deseo de ser presidente. Alterna su actividad política entre su natal Salta y la Capital Federal. Se considera un opositor «constructivo» y reclama que el Partido Justicialista fije claramente lo que ofrece como alternativa. «Cristina debe dar un paso al costado y Luis Barrionuevo no me representa», dice sin dudar en charla con Infobae.

Critica el modo en la que la gestión de Mauricio Macri definió el aumento de tarifas y rechazó la posibilidad de rebajar impuestos en las boletas de tarifas  «porque en nuestra provincia no tenemos tributos de esa índole».  «El país está en problemas. No soy dramático pero lo estamos», define. Además, se manifestó a favor de la despenalización del aborto.

—El gobernador Miguel  Lifschitz dijo, «El gobierno nacional lanza el impuestazo y nos quiere coparticipar la responsabilidad a las provincias». ¿Se siente representado por esto?

—Yo lo que creo es que cada uno se tiene que hacer cargo de su responsabilidad. No es grato aumentar tarifas, lo que pasa es que pretender descargar la responsabilidad cuando el aumento de la tarifa tiene una envergadura tan grande pretender que se resuelva bajando uno o dos puntos de un impuesto municipal o lo que sea me parece que es en alguna medida correr la atención.  Es correcto que en la Argentina discutamos actualización de tarifas porque es totalmente irreal vivir con un sistema congelado, pero nos falta previsibilidad, yo hubiese hecho algo diferente.

— ¿Qué cree que se podría haber hecho?

— Yo creo que en la Argentina lo que necesitamos primero es entender, las tarifas, el aumento tiene que ser pagable, socialmente pagable. Porque si la gente no lo puede pagar estás perdido. Y segundo, en términos de utilidad, es bien sabido que con el aumento de tarifas no se puede hacer obras de servicios públicos. ¿Por qué? Porque debiera tener un aumento del 10.000%, que no hay. Entonces lo que hay que garantizar es previsibilidad. Si vos tenés un sendero de tarifas a 5 años y decís «mira, en la Argentina la política de tarifas de servicios públicos es ésta», nos ponemos de acuerdo y decimos «2018, 19, 20, 21, 22, bueno, éste es el sendero». El prestador de servicios públicos con eso puede ir y financiarse en el mercado de capitales, en donde sea, y conseguir financiamiento con previsibilidad de tarifas y acelerar los procesos de inversión. Porque alguien tiene que financiar esto, y para eso está el sistema financiero. Es mi lógica ¿no?

— Ahora, ¿esto es solo un problema de diagnóstico técnico previo o también de insensibilidad social en cuanto a la cantidad de aumentos y la sucesión de aumentos?

— Lo que creo es que primero, en el diagnóstico me parece que todos sabemos y sabíamos los que estamos en ésta, en la tarea de la función pública, que esto era insostenible y por eso hoy estamos pagando esas consecuencias por haber seguido políticas que eran insostenibles.
Ahora bien, en términos de la sensibilidad o no el famoso mecanismo de prueba y error que aparece como, entre comillas, un costado sensible que bueno, prueba y si la gente no puede vuelve para atrás, primero te mantiene en angustia, te genera la sensación de inseguridad permanente y por cierto en términos de inversión te genera mucha más inseguridad todavía. Entonces creo que eso no sirve.

— Y yendo a lo concreto, por más que usted lo haya ya abordado, ¿va a rebajar impuestos de la provincia?

— Nosotros no tenemos impuestos en las tarifas de servicios públicos. El único impuesto que se cobra es el IVA que es un impuesto nacional. O sea en la tarifa no hay impuestos provinciales. Puede haber que algún municipio tenga tasas municipales que bueno, obviamente lo tiene que resolver cada municipio porque no es política provincial. Pero no hay impuestos provinciales porque en definitiva nosotros ya venimos pagando tarifas de servicios públicos, particularmente en energía eléctrica, también en gas, mucho más caro que lo que se venía pagando en la zona de la Ciudad y el Conurbano producto de la política de subsidios que siempre fue diferenciada entre Capital e interior. Entonces si aparte de eso vos le ponías impuestos era impagable. Entonces por eso es que nosotros no teníamos esos impuestos.

— Yendo a la política económica en general, ¿hay una política efectiva anti inflacionaria del Gobierno?

— A mí me parece que hay muchas políticas y que ahí está el problema. Nosotros tenemos una política monetaria, tenemos una política vinculada a sectores productivos, tenemos una política fiscal, y me da la sensación que no hay una adecuada coordinación de metas entre esas cosas y a veces compiten entre sí. Porque si nosotros no tenemos un sendero previsible de aumento de tarifas y por otro lado tenemos metas de inflación que no prevén ese sendero de tarifas automáticamente una de las dos cosas no va a funcionar. Y paradójicamente las dos vienen del mismo lugar. Entonces me parece que falta coordinación.

— ¿Hay alguna chance de alcanzar la meta del 15% de inflación que planteó el Gobierno?

— Pareciera que no. Pareciera que no.

— Frente a esto las políticas de intentar poner un techo a las paritarias, de limitar esto, ¿cómo lo ve?

— Y, lamentablemente nos va corriendo la línea. Porque automáticamente cuando eso no se dé reiteramos conflictividad social, reiteramos necesidad de rediscusión. Y eso es producto en definitiva esta cosa de un excesivo voluntarismo. Está buenísimo ponerte objetivos, lo que pasa es que tenemos que plantear que los objetivos no tengan clave de promesa, entre comillas, electoral sino que sean objetivos razonablemente cumplibles. Si no pasa esto. Y lo peor es cuando empezas a no confiar. Cuando el ciudadano empieza a pensar que cuando le dicen algo eso no se da y entonces cuando la palabra es relativa el contrato social se rompe, ese es el problema.

— ¿Está en su peor momento desde el punto de vista económico-social el Gobierno?

— Yo no tengo una visión tan dramática de la realidad. Estamos en problemas, tenemos que trabajar para solucionarlos, hay herramientas, el Gobierno las tiene. Nosotros desde la oposición vamos a colaborar y vamos a ayudar para que se puedan resolver estos problemas, pero claramente hay que tomar conciencia de que hay que empezar a coordinar políticas. Lamentablemente, en materia de política económica en la Argentina abusamos de la política cambiaria, en el mejor de los casos política monetaria, como única herramienta de política económica. Y me parece que eso, pero no es un problema de este Gobierno, quiero ser honesto, es un problema de hace 50 años de la Argentina. Si no resolvemos eso vamos a seguir igual.

— ¿Lo representa la intervención del PJ que se dispuso por la Justicia?

— No. Creo que nunca te representa una intervención, siempre es bueno tener un partido normalizado. También siendo honestos gran parte de nuestra historia institucional estuvimos intervenidos. También la intervención siempre se dio con interventores de bajo perfil en donde no tenías que discutir sobre posiciones políticas, habitualmente el interventor era una especie de abogado normalizador y los políticos éramos los que hacíamos la acción política. Bueno, también es cierto que el partido estaba total y absolutamente subsumido en cuestiones que no tenían nada que ver con la representación de lo que historia del peronismo debía plantear, ¿no?

— ¿Habló con Barrionuevo?

— No, no hablé con él. Sí hablé con Bárbaro, sí hablé con Campolongo, personas que tienen una reconocida trayectoria y que creo que pueden aportar mucho.

— Algunos proponen una gran interna peronista con Cristina incluida para dirimir el liderazgo.

— A mí me gustaría que primero nosotros resolvamos qué queremos ofrecerle a la Argentina. Si nosotros planteamos desde el peronismo que nuestro objetivo es una especie de reivindicación histórica y volver a las recetas que ejecutamos en los últimos años, me parece que no vamos a ser competitivos. Para mí el peronismo debe plantear una instancia superadora, salir de la lógica de ser un partido de poder, una especie del viejo PRI previo a la profunda reforma que tuvieron, y empezar a pensar en una expresión de la sociedad más moderna. Si nosotros pensamos que el partido puede ofrecer una alternativa superadora y que en el mientras tanto puede ayudar a este gobierno a que le vaya bien creo que vamos a ser competitivos. La pregunta es, ¿es posible imaginar al kirchnerismo con ésta posición? Yo creo que no. Por eso veo muy difícil la concreción de esa idea.

— Cuando usted habla de superación supone el paso al costado de Cristina.

— Sí… en realidad, como siempre pasa en política, la mejor forma de lograr el paso al costado de alguien es ganarle. General, internas, PASO, lo que sea. Al final del camino lo que yo quiero es un peronismo, y en lo posible una política argentina, que corra al kirchnerismo como eje referencial. Me parece que hay que correrlo, porque si no es como que seguimos atrasando. Mi eje referencial es el futuro, en el peor de los casos es el presente. Pero si no hay que pensar en qué queremos para Argentina, no en cómo volvemos para atrás.

— ¿Se imagina disputando esta interna con Massa volviendo al partido?

— Yo creo que se puede dar una cosa así en la medida en que, y no solo Massa, me parece que hay que ir a muchos otros sectores de la sociedad, que podamos plantear una alternativa más o menos parecida. Me parece que hay que darse el desafío de pensarlo.

— Pero digo, la interna, la PASO o una interna del partido, ¿es un modo de sanear con todos disputando?

— Sí, para mí sí. En esto quiero ser claro, no del partido, Massa en este caso puntual ha formado su propia organización política, si se genera un frente, una cosa así, habrá que ver el mecanismo. Hoy en la Argentina las PASO son una herramienta democratizante porque al final del camino es la que permite la posibilidad de una competencia más allá del uso de estructuras políticas y demás porque es una elección abierta.

— Pasados casi dos años y medio de la gestión de Macri, ¿es los 90 Macri?

— No, es que la Argentina ya no es más la de los 90. Es que el condicionante con el cual asume el actual presidente es diferente al que hubo a partir del 89/90. Pero esencialmente es entender que hay un mundo distinto. Yo no comparto la mirada, es lo que hablábamos recién de política económica. De pensar que desde la política monetaria es la única manera que vamos a recuperar la Argentina. Pero creo que hemos avanzado en algunas cosas, sin lugar a dudas, y en otras me parece que el mecanismo de prueba y error nos va lesionando.

— Asumo su posición personal respecto de la despenalización del aborto contraria, creo no equivocarme. ¿Cómo está viviendo este debate?

— A mí sinceramente me está enseñando muchísimo. El primer tema que hay que plantear es cómo buscamos la forma de despenalizar la situación de la mujer que es víctima en esta situación, no victimaria. Primer punto, correr a la mujer de la situación de vulnerabilidad, producto obviamente de la penalización. Creo que lo primero que tenemos que hacer es despenalizar. Tener un tipo penal que plantea una figura de prisión para una mujer es totalmente absurdo. Creo que es lo primero que hay que correr.
Después si nosotros lográramos corrernos del blanco o negro permanente, ese contraste permanente en la Argentina, y empezar a ver de qué manera podemos ir avanzando me parece que tendremos una evolución enorme. Lo peor que nos puede pasar es que este debate que nos está enseñando a todos, a mí me está enseñando todos los días, termine en la nada y quede solamente en una discusión de tipo, entre comillas, cultural. Creo que hay que avanzar en una cuestión de salud pública.

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