Vienen aires de cambio en dólar, nafta y las ahora criticadas Lebac

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En voz baja el Gobierno festeja la cuarta semana consecutiva de tranquilidad cambiaria y lo hace de esa forma porque también están convencidos de que los próximos dos meses serán “durísimos” en materia de actividad económica.

La caída de 8,1% en junio respecto del año anterior que reflejó el Estimador Mensual Industrial (EMI) empezó a mostrar la intensidad de las consecuencias de la suba de 50% del dólar en la primera parte del año

Los allegados al presidente del Banco Central, Luis Caputo, aseguran tener al dólar controlado a partir de una realidad : “Los argentinos (particulares y empresas) tienen dólares hasta la coronilla” y se habrían quedado sin capacidad para seguir comprando.

La idea surge de que en los últimos días se notó una merma en la compra de billetes por parte del público y en el hecho de que el jueves se fortaleció el dólar en el exterior y el peso argentino fue el único, entre 24 monedas del mundo, que no cayó.

¿El dólar de $28 habrá llegado para quedarse un tiempo? Nadie se atreve a respuestas rotundas, pero en el Central apuestan a que la contracción monetaria dominará el corto plazo financiero.

Habrá que tener en cuentra, también, que el objetivo número uno de Caputo será el desarme de las Lebac, que la semana próxima tendrá un nuevo test.

La idea oficial es ir liberando fondos en cada vencimiento aunque evitan dar precisiones sobre cuál podría ser la reducción de la tasa de esas letras que está en 45% anual y actúa como norte para el mercado de pesos.

En el mercado financiero circula la versión de que el Gobierno estaría gestando un préstamo con un grupo de cuatro bancos internacionales para conseguir en torno a US$4.000 millones y destinarlos a financiar la reducción del stock de Lebac.

Dicen que tanto Caputo como el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quieren salir de la tensión que provocan los “super-martes” de vencimientos de las letras del Central.

Los técnicos, por su parte, aseguran que la flamante cúpula del Central seguirá mirando la evolución del dólar ( los operadores del mercado creen que estará a $30 a fin de año) pero el ritmo de baja de las tasas estará atado a lo que pase con la “inflación núcleo”. Por lo menos en eso Caputo y su antecesor Federico Sturzenegger parecen estar de acuerdo.

El punto es que la inflación de julio habría estado en torno a 3% y otro tanto sucedería con agosto .

Frente a eso, un interrogante clave será la evolución del precio de los combustibles.

Las petroleras aseguran que la nafta y el gasoil tienen un retraso de entre 15% y 17% de acuerdo al salto que dio el dólar pero que ya hablaron con el Gobierno para adelantarle que los aumentos se harán en forma pausada.

YPF ya había adelantado, antes de la renuncia del ex ministro Juan José Aranguren, que no seguiría adelante con el acuerdo de aumentos programados y que a cambio propondría subas dentro del marco inflacionario de los próximos meses.

En la petrolera dicen que sus socios del exterior están muy atentos a las decisiones que tome el Gobierno sobre eventuales controles, o no, sobre los precios.

El banquero Enrique Cristofani, presidente del Santander Río, trató el tema en una reunión con clientes del banco diciendo que la actual será la primer crisis en la que la Argentina entró y saldrá sin cambiar las reglas de juego.

Se refería a que no hubo cepos ni controles ni confiscaciones, dejando en claro su punto de vista sobre que la crisis actual está muy lejos de ser la de 2001.

Un dato que se destaca dentro y fuera del Gobierno es que en medio de la corrida cambiaria los depositantes decideron pasar sus colocaciones de pesos a dólares pero dejaron la plata en los bancos.

Los US$31.000 millones depositados en los bancos estarían demostrando un nuevo estadío en los niveles de confianza de parte de los ahorristas.

Fuente: Clarín

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