Los vientos máximos sostenidos de Florence bajaron el jueves temprano de 225 kilómetros por hora, de un huracán de categoría 4, a 175 km/h. Los meteorólogos apuntaron que es posible que se debilite más a medida que su vórtice se acerca a la costa.
Las autoridades advirtieron que Florence tiene un enorme campo de viento que ha ido en aumento, lo que eleva el riesgo de crecidas en la costa, que hacen de ella una tormenta extremadamente peligrosa. Los pronosticadores advirtieron que la creciente tormenta, y la probabilidad de que se estacione en la costa por varios días, traerá lluvias torrenciales.
El ojo de Florence podría tocar tierra el viernes por la tarde cerca de la frontera entre las Carolinas y después continuará hacia el oeste con fuertes precipitaciones y posibles inundaciones catastróficas que podrían arrasar viviendas, negocios y granjas, indicó el Centro Nacional de Huracanes.
«¿Quieres que te atropelle un tren o un camión de cemento?», preguntó Jeff Byard, administrador de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
En las zonas para las que se emitieron alertas o avisos de huracán hay 5,25 millones de residentes, y 4,9 millones de personas más viven en zonas bajo alertas y avisos de tormenta tropical, indicó el Servicio Nacional de Meteorología.
El presidente Donald Trump elogió los preparativos del gobierno y pidió a la población que se aleja de la ruta de Florence: «No jueguen con este. Es grande», dijo desde la Casa Blanca.
A las 8 de la mañana del jueves, el huracán estaba a unos 275 kilómetros al este-sureste de Wilmington, Carolina del Norte, y a unos 355 km al este-sureste deMyrtle Beach, Carolina del Sur, y avanzaba en dirección noroeste a 20 km/h.
No estaba claro cuántas personas desalojaron la zona, pero los avisos afectaban a más de 1,7 millones en las Carolinas y Virginia. Las aerolíneas cancelaron al menos 1.000 vuelos.
Con información de AP
Fuente: Infobae