Luego de reiterados episodios de descontrol y violencia que se produjeron y se conocieron en el partido de Villa Gesell desde la salvaje agresión de un grupo de rugbiers que mataron a golpes a Fernando Báez Sosa, la municipalidad de esa localidad costera prohibió hoy el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública.
A través de un decreto, el intendente de la ciudad, Gustavo Barrera, decidió aplicar la medida que restringe el consumo «en la playa, espacios públicos, interior de estadios, polideportivos, u otros sitios de igual naturaleza, cuando se realicen en forma masiva actividades deportivas, culturales, educativas y/o artísticas”, según se lee en la resolución.
“De igual manera se extiende la prohibición al expendio de bebidas alcohólicas mediante máquinas expendedoras automáticas y/o similares, y al consumo dentro de vehículos automotores, públicos y/o privados, aun cuando quien consumió no fuere el conductor y se halle o no circulando”, se agrega.
En el documento, además, se marca una excepción: «Se podrán otorgar autorizaciones especiales para la venta en lugares públicos solo para el caso de eventos determinados, tales como exposiciones, ferias y similares”. Y se detalla que en caso de incumplir la norma, se aplicarán multas de hasta $34.450 y se incautará la bebida en cuestión.
Ahora, el Concejo Deliberante tiene un plazo de 48 horas para tratar la ordenanza. En caso de ser aprobada (se descuenta que será así debido a la mayoría de representantes del Frente de Todos en el Concejo), la normativa comenzará a regir a partir de este fin de semana.
El día del crimen de Báez Sosa, Barrera expresó su pésame a la familia y repudió el brutal ataque. Y además, emitió un comunicado en el que sostuvo que el municipio trabaja en operativos de prevención pero “los jóvenes consumen mucho alcohol y drogas. Nosotros controlamos, prevenimos, pero lo que hacen puertas adentro de sus alojamientos queda fuera de nuestro alcance”.
Dos días después, el jefe comunal lamentó nuevamente lo ocurrido y volvió a poner el foco en el excesivo consumo de alcohol entre jóvenes: «Notamos que los chicos de alguna manera están un poco abusando y estamos tratando de controlarlo tomando medidas en la playa y en las discotecas. No depende solamente de la policía y el municipio. Hay una cuestión cultural de educación y concientización”, dijo en una entrevista radial.
«Hay que hacer programas más profundos para que los chicos en toda la Costa Atlántica y sus lugares de origen sepan que el alcohol en exceso produce efectos que son devastadores. Son desinhibidores que de alguna manera terminan provocando esto que después lo lamentan todos: los responsables y las víctimas. Es mucho más profundo que una prevención policial”, acotó Barrera, quien ayer informó que el municipio decretó dos días de duelo.
Luego del asesinato de Báez Sosa, ocurrido a la salida del boliche Le Brique, se conocieron imágenes de otro ataque en patota, también protagonizado por jugadores de rugby, quienes se filmaron mientras le pegaban a un adolescente mendocino en esa ciudad balnearia para luego compartir el video y mofarse de la víctima en las redes sociales.
Poco después, se comenzó a viralizar una filmación que muestra a decenas de jóvenes en una playa del centro que comenzaron a arrojarse botellas y latas de cerveza unos a otros, en medio de una fiesta. Fue durante los primeros días de enero y al episodio lo registró un turista que había ido a pasar unos días de vacaciones con un grupo de amigos.
También trascendió que un día antes del asesinato de Báez Sosa, un hombre de 28 años identificado como Franco Suero Marconi fue encontrado en las playas de barrio Norte de la ciudad –a la altura de la calle 302 donde se ubica el balneario Olá La– con profundas heridas de arma blanca. La víctima quedó internada y dijo no recordar el contexto en el que sufrió las lesiones.
En tanto que ayer se difundió un nuevo caso de descontrol en Villa Gesell, que sucedió hace casi un mes, el 25 de diciembre pasado, cuando dos grupos de jóvenes se pelearon a la salida del local bailable Dixie.
Sobre la avenida 3, a metros del cruce con la calle Paseo 106, al menos cinco personas arrojaron patadas, piedrazos, palazos y botellazos a un auto que en medio de la gresca comenzó a dar arranques y giros bruscos, maniobras con las que el conductor del Ford Ka de color gris, según dijo más tarde, intentó eludir las agresiones. Los ocupantes del vehículo no sufrieron lesiones y decidieron no realizar la denuncia.