El primer día de un paro nacional de 48 horas terminó con 348 detenidos y 36 heridos, un cacerolazo y disturbios aislados que ocurrieron en Santiago la noche del miércoles y que continuará este jueves con una marcha en la capital chilena.
Miles de personas salieron a las calles para golpear sus cacerolas, ollas, bocinas y tambores en barrios, plazas y la emblemática avenida Alameda de la capital chilena.
La policía vigiló en todo momento la protesta, que se extendió a otras ciudades, y que se desarrolló de forma pacífica. La marcha fue convocada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el mayor gremio chileno, que reúne al 10% del total de la fuerza laboral chilena.
En barrios populares de Santiago como en Estación Central, se registraron disturbios donde incluso se escucharon disparos en choques entre manifestantes encapuchados y la policía que utilizó gases lacrimógenos para dispersar la protesta, según imágenes difundidas por medios locales.
En la avenida Alameda, estudiantes de la emblemática Universidad de Chile chocaron con la policía, mientras que en al menos tres comunas de la capital se registraban barricadas y neumáticos encendidos.
El paro de la CUT, que comenzó este miércoles, se extendió a varias ciudades del país y concluyó con 348 detenidos y 36 heridos, según un balance del gobierno que afirmó que la medida no consiguió paralizar el país, mientras que los trabajadores la calificaron de exitosa.
Ayer el mediodía, el presidente Sebastián Piñera criticó la medida de fuerza y afirmó que «causa daño».
«Cuando se paraliza el país, nadie gana, todos pierden», sentenció.
