Un vecino de Beltrán permanece detenido, acusado de torturar y ultrajar sexualmente a su esposa, a una hijastra y hasta de vejar al hijo varón, en un hogar de tiranía y violencia.
La macabra historia es protagonizada por un vecino del barrio Centro de esa ciudad, de 40 años.
Fue preso por violencia contra la familia. Allí, la mujer confesó las calamidades a las que era sometida.
“Me violaba. Quisiera, o no, debía tener sexo con él. Me pegaba cachetadas y me asfixiaba”, dijo la mujer.
Imposibilitada de cambiar de vida, la mujer vivió una literal esclavitud.
En su ausencia, el esposo todas las noches manoseaba a una hijastra que reconoció ante la ley.
“Me metía las manos dentro del pantalón. Una noche desperté y estaba encima mío. Me violó”, señaló la menor. Ahondó que los ultrajes empezaron después de los 12 años.
Solos
Señaló la adolescente que en una ocasión su madre viajó a Tucumán.
“Todas las noches se metía en mi pieza y me tocaba entera. Una vez me desprendió el pantalón. Grité y él se fue”.
Con los meses, los acosos se acentuaron. “Una vez me dijo que fuéramos a la pieza a hacer el amor”.
Según la menor, su padrastro se jactó: “Yo tengo experiencia, los pendejos no saben nada”.
Una noche común, “él me manoseaba, me besaba y decía cosas al oído. Me hacía que lo toque. Yo lloraba y rogaba que se despertara mi hermanito”, subrayó.
Un “señor”
En la calle, muy respetado por sus vecinos, detrás de la puerta el individuo imponía el “orden” y abusaba de quien quería.
Al varón también habría iniciado sexualmente a los 10 años. No conforme, lo aisló de todos sus amigos, advirtiéndole: “No te vas a juntar con tus amigos gay”.
Descubrimiento
Según la esposa, “cuando me di cuenta de que también violaba a mis hijos se lo reproché”.
A cambio, el marido le adviritó: “Nunca me voy a ir de casa. Te voy a subir a la camioneta. Te descuartizaré, a vos y a tus hijos”.
Ahondó la mujer: “Siempre que sale a tomar, al volver patea el colchón, me alumbra la cara. Una vez, me pegó a mí y mi hijo, gritándonos que le faltaban $ 4.000. Nos golpeó todo el día”, enfatizó.
Para los expertos, la mujer hoy luce “sumisa, insegura y con falta de defensas adecuadas, temor, angustia y ansiedad. Ello, no le permite enfrentar ni resolver problemas”.
En tanto, concluyeron que él “no es un insuficiente metal”; sí lo consideran “de personalidad psicopática, impulsivo, agresivo y ansioso”.
Fuente: El Liberal