Xi Jinping, con más poder tras reunión clave del Partido Comunista chino

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Los principales dirigentes del Partido Comunista de China (PCCh) cerraron hoy una reunión clave con la aprobación de una resolución sobre la historia del movimiento político que refuerza al presidente Xi Jinping y le allana el camino a un tercer mandato.

Xi, líder indiscutible del país más poblado del mundo, encabezó desde el lunes una plenaria de unos 400 de los principales líderes del partido de gobierno en Beijing, la capital china.

El poderoso Comité Central aprobó la resolución sobre los «Grandes Logros y Experiencia Histórica de la Centenaria Lucha del Partido», el tercer documento de su tipo en los 100 años del PCCh.

El extenso informe pidió defender «la visión correcta de la historia del partido», y agregó que el PCCh «ha escrito la más magnífica épica en los miles de años de historia de la nación china», informó la agencia de noticias estatal china Xinhua.

El texto llamó «a todo el partido, todo el ejército y gente de todos los grupos étnicos, a unirse alrededor del Comité Central con el camarada Xi Jinping como su eje, para implementar la nueva era de socialismo con características chinas».

En un tono inusualmente elogioso, los miembros del Comité Central declararon que la ideología de Xi era la «esencia de la cultura china» y «de importancia decisiva» para «el gran rejuvenecimiento de la nación china».

El plenario de esta semana allana el camino para el XX congreso del PCCh del año que viene, en el que se espera que Xi asuma un tercer período al frente del gobierno, que lo convertirá en el líder más poderoso de China desde Mao Tse-Tung.

Analistas consideran que la resolución ayudará a Xi, de 68 años, a afianzar aún más su poder, al definir su visión sobre China antes del congreso de 2022.

El período de Xi ha estado marcado por la guerra contra la corrupción, por sus políticas en las convulsas regiones de Xingjiang, Tíbet y Hong Kong, y un abordaje cada vez más asertivo de las relaciones internacionales.

También creó un culto a su liderazgo que acalló críticas, erradicó a sus rivales e introdujo su propia teoría política a estudiantes de escuela y colegio.

La agencia Xinhua calificó esta semana a Xi como «sin duda la figura central en trazar el curso de la historia».

Se esperaba que Xi, que ha acumulado más autoridad que cualquier líder desde al menos Deng Xiaoping en la década de 1980, persiga un tercer mandato de cinco años como secretario general del partido. Eso rompería con una tradición partidaria de dos décadas que requeriría que el líder renunciara el próximo año.

La resolución de la dirección del partido sobre su historia es apenas la tercera desde su fundación hace 100 años, luego de una bajo Mao, el primer líder del Gobierno comunista, y otra bajo Deng, quien lanzó reformas que convirtieron a China en una potencia económica.

La decisión de emitir uno bajo Xi lo eleva simbólicamente a su estatus.

El partido eliminó los límites de mandato para el cargo de Xi como presidente en 2018, lo que indica su intención de permanecer en el poder.

Luego, funcionarios dijeron a periodistas que Xi podría necesitar más tiempo para asegurarse de que se lleven a cabo las reformas económicas y de otro tipo.

Xi, hijo de uno de los generales de Mao, no se enfrenta a rivales evidentes, pero su intento de permanecer en el poder podría alienar a las figuras más jóvenes del partido, que verían disminuidas sus posibilidades de ascenso.

La declaración del partido de hoy enfatizó sus éxitos en la supervisión del surgimiento de China como la segunda economía más grande del mundo, pasando por alto la violencia política mortal en sus primeras décadas en el poder y las crecientes quejas sobre abusos a los derechos humanos.

La declaración afirmó su manejo de Hong Kong, donde, bajo Xi, China lidió con masivas y por momentos violentas sectores prodemocracia a las que respondió con una férrea represión y con una dura ley de seguridad nacional y una reforma de las leyes electorales del territorio semiautónomo devuelto por el Reino Unido en 1987.

También su gestión de las relaciones con Taiwán.

China afirma que la democracia isleña es parte de su territorio y, en semanas recientes envió un número creciente de aviones de combate y bombarderos para volar cerca de su costa.

El partido «implementó firmemente los ‘patriotas que gobiernan Hong Kong'» y «se opuso resueltamente a los separatistas de Taiwán», dijo el comunicado.

Xi ha supervisado una política exterior asertiva y la expansión del ala militar del partido, el Ejército Popular de Liberación.

Tiene el segundo presupuesto militar más grande del mundo después de EEUU y está desarrollando submarinos, aviones furtivos y misiles balísticos que pueden llevar ojivas nucleares para extender el poder de China más allá de sus costas.

En asuntos económicos, el partido gobernante de Xi ha seguido una estrategia a veces contradictoria de prometer otorgar a las fuerzas del mercado un papel dominante mientras refuerza el control estatal sobre la industria.

Las empresas de tecnología están bajo presión para que inviertan su propio dinero para promover las ambiciones de desarrollo del Partido.

China fue la primera economía importante que se recuperó de la pandemia de coronavirus, pero a largo plazo se enfrenta a un crecimiento en constante declive y una fuerza laboral en contracción en un momento en que los ingresos chinos todavía están por debajo del promedio mundial.

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